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Como viene sucediendo desde hace tiempo, funcionarios del Gobierno salieron a bajarle el tono al cruce de palabras entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde por la forma en que se hizo la devaluación. La tarea quedó a cargo del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y del ministro del Interior, Aníbal Fernández, quienes trataron de minimizar el entredicho argumentando que la diferencia de criterios es “vieja” y “lógica entre dos hombres de la política de la estatura de un presidente y un ex”. En cambio, la oposición –Elisa Carrió y Ricardo López Murphy– se distanció de esos análisis. Dijo que la relación entre Kirchner y Duhalde se ha complicado por “problemas de supervivencia” y que han aparecido “fisuras y grietas” entre el Presidente y su antecesor.
Ayer, mientras los dos Fernández interpretaban lo que quiso decir Kirchner, desde el entorno de Duhalde insistían en que no había ninguna pelea entre ambos dirigentes. “Duhalde considera que si este tema (la forma en que se salió de la Convertibilidad) fuera importante habría que dar el debate. Pero hay cosas del día a día más urgentes, como la marcha por la seguridad. Ante esas prioridades, este tema se convierte en un debate de historiadores”, dijo a Página/12 un colaborador del titular de la comisión de representantes del Mercosur. “Aquí no hay una escalada verbal ni un enfrentamiento”, agregó el colaborador de Duhalde.
Pero además de desmentir cualquier enfrentamiento con Kirchner, desde el entorno del ex presidente adelantaron que Duhalde viajará a Asunción mañana. En Paraguay asistirá a una reunión del Foro de Parlamentos del Mercosur junto con el vicepresidente Daniel Scioli y su ex jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof. El encuentro durará dos días, luego volverá a Buenos Aires para viajar de nuevo a Montevideo. Una semana después partirá a Colombia y Venezuela. Terminará en Bruselas, donde se entrevistará con Romano Prodi y Javier Solana, de la Unión Europea. “Vamos a pasar dos semanas y media afuera”, informaron.
No parece casual que Duhalde haga una gira tan extensa justo cuando vuelven a surgir diferencias con el Presidente. Así sucedió tras el último congreso del PJ en Parque Norte, en el que Chiche Duhalde se enfrentó públicamente con Cristina Fernández de Kirchner. Luego de aquel debate, Duhalde se fue por unos días a París, en un viaje que fue muy comentado. Así, mientras el duhaldismo informaba de los nuevos compromisos exteriores de su jefe, desde el Gobierno se intentaba restar importancia a las críticas de Kirchner a la forma en que concretó la salida de la convertibilidad. “La devaluación se hizo en forma poco prolija”, había dicho Kirchner en un acto en la Rosada donde se hicieron anuncios sobre el transporte y la distribución del gas.
Sobre ese tema, Alberto Fernández dijo que la historia era muy “vieja”, pero admitió que las declaraciones de Kirchner podrían caer mal en su aliado político. “No sé si será bien tomado, pero la verdad, es una historia tan vieja...”, dijo. En la misma línea, Aníbal Fernández dijo que no existe un “cortocircuito” entre Kirchner y el ex mandatario y afirmó que ambos tienen el derecho de pensar “distinto” en algunas cuestiones. De hecho, Kirchner y Duhalde piensan distinto en varios temas, como los cargos judiciales contra Carlos Menem y el reclamo de más coparticipación que está impulsando Felipe Solá. El lunes, mientras Duhalde esté en Paraguay, Solá se reunirá en una quinta de Parque Leloir con los intendentes del conurbano. Allí discutirán cómo enfrentar a la Nación para lograr un aumento del presupuesto provincial.