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No se trató de un ensayo más. Los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional lo supieron desde el principio, ya que fueron a escucharlos, al Auditorio de Belgrano, unos quince pequeños alumnos de la Escuela para ciegos Santa Cecilia. Es por eso que, al finalizar el ensayo y, como devolución, varios músicos se acercaron a las butacas que ocupaban los chicos para que pudieran ellos mismos tocar y reconocer los instrumentos. Cada uno abrazaba el violín, la viola o el clarinete, casi como un juguete nuevo. Y las preguntas y respuestas se mezclaban con distintas melodías. Todos comparten el gusto por la música. A Franquito le gusta el tango, igual que a su mamá. Pero también escucha Vivaldi. Después de tocar por primera vez el violín, contó que en el colegio ensaya con el triángulo. En cambio, Aylén, su compañerita de ocho años, dijo que nunca había escuchado música clásica. “A mí me gusta brasilero”, confesó con una alegría contagiosa.
Este encuentro entre profesionales de la música y estudiantes con necesidades especiales se dio en el marco del Programa Artístico para niños y jóvenes discapacitados “Que nadie se quede afuera”, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Artes. “Una de las finalidades de este proyecto es favorecer la integración social a través de su contacto con las artes, con la música, con la danza”, señaló María Rosa Castro, coordinadora del proyecto. Están previstas asistencias a ensayos generales de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, conciertos didácticos de la Banda Sinfónica de Ciegos y espectáculos del Ballet Folklórico Nacional para todos los chicos que se anoten. Pero la asistencia a los conciertos es uno de los tres ejes que componen el proyecto. También habrá visitas guiadas al Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Arte Latinoamericano (Malba) y a la Fundación Forner-Bigatti (pintura). Por otro lado, se organizó una serie de talleres de pintura y modelado y de música.
Daniel Lago, musicoterapeuta y miembro del equipo, destacó que una de las ideas con los talleres es “que funcionen para poder acercar a los niños a las actividades musicales y plásticas que después vayan a ver. Todas las actividades artísticas, en principio, están destinadas a un desarrollo de la creatividad. Y el desarrollo de la creatividad asegura un desarrollo de todas las capacidades de una persona”. Lea Prime, percusionista de la Sinfónica desde diciembre del 2001, opina: “Se habla mucho de la integración pero, a veces, se integra poco. Este es un modo más de integración real: que los chicos participen de un hecho artístico concreto. El arte es muy importante porque es un modo de expresión muy tangible”, sostiene.