ECONOMíA › DESARROLLO SOCIAL Y LA EXPERIENCIA MEXICANA DE NUTRICION INFANTIL
Mujeres con soluciones en la mano
Alicia Kirchner recibió de su par mexicana, Josefina Vásquez Mota, un informe sobre el combate a la desnutrición infantil en su país, utilizando leche argentina. Mujer con fuerte proyección política, Vásquez Mota también comentó cómo obtiene mayores recursos para el área social.
Por Cledis Candelaresi
Provista regularmente durante seis meses, la leche en polvo fortificada con hierro y zinc puede ayudar a superar la anemia y la desnutrición infantil. El dato surge de una investigación realizada en México –segundo destino de las exportaciones argentinas de ese producto– con niños beneficiarios de planes sociales y se conoció horas atrás en Buenos Aires por boca de un miembro destacado del equipo del presidente mexicano Vicente Fox y posible candidata a sucederlo. Josefina Vásquez Mota, secretaria de Desarrollo Social de ese país, comentó el resultado de aquella investigación durante su reciente visita a Buenos Aires en la que no pudo entrevistarse con Elisa Carrió ni con Hilda “Chiche” Duhalde, tal como planeaba. Pero sí logró seducir a su par, Alicia Kirchner, con una flamante ley azteca que garantiza al área social una asignación creciente de fondos.
No faltaron razones para que durante el encuentro que ambas tuvieron el jueves por la tarde, la ministra argentina se interesara especialmente en el contenido de la norma mexicana. Entre otros cambios estructurales, ésta impide expresamente el recorte de recursos presupuestarios asignados al área social y liga su evolución a la del PBI. Extrapolando esa condición a la situación argentina actual, la ministra Kirchner no sólo preservaría los recursos de su cartera de cualquier poda sino que tendría asegurado un incremento acorde al alto crecimiento de la economía, sin necesidad de librar disputas con sus pares del gabinete.
Para la funcionaria argentina es sumamente tentador emular esa norma. Pero tal vez le resulte igualmente interesante importar algunas modalidades del asistencialismo mexicano, como el programa “Oportunidades”, que junto al de “Favelas” de Brasil será distinguido por el Banco Mundial y el BID, como de las mejores prácticas de este tipo en la región. Ese plan permitió incorporar a los pobres al sistema bancario a través de la apertura de 1,3 millón de cuentas a nombres de mujeres –“demostraron ser las más responsables”, aclara Vásquez Mota–, que hoy ya acumulan un ahorro conjunto equivalente a 10 millones de dólares.
La clave para que el Estado asigne a cada una entre 35 y 40 dólares por mes a esas madres de familia, es que éstas envíen sus hijos a las escuelas y los alimenten. Para ello hay un control de asistencia escolar pública centralizado y los niños beneficiarios son sometidos a periódicos testeos de peso y talla. Es decir que el subsidio oficial está condicionado a que los destinatarios prodiguen ciertas atenciones a sus hijos, desalentando la deserción escolar.
La política con la que Vásquez Mota está construyendo su prestigio y puede pelear su precandidatura a la presidencia de México tiene, en apariencia, un grado destacable de transparencia. Esta está presuntamente garantizada por la realización de “auditorías académicas independientes”, según subrayan sus colaboradores, que acotarían la arbitrariedad en la asignación de los recursos.
Kirchner y la secretaria mexicana tendrán oportunidad de encontrarse en otros varios ámbitos, incluyendo los cónclaves periódicos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo. Las entidades acaban de aceptar una propuesta formulada en forma conjunta por la Argentina y México a Enrique Iglesias, titular del BID, para que los ministros del área social puedan sumarse a esos encuentros. En definitiva, son las principales fuentes de crédito para proyectos de desarrollo social.
Después que días atrás México planteara formalmente su voluntad de incorporarse al Mercosur como miembro pleno, la compatibilización de agendas sociales tiene un valor distinto. Y para acercar posiciones sirve todo, incluido el intercambio de experiencias con otras mujeres a las que Vásquez Mota reconoció durante su paso por Buenos Aires como “destacadas trabajadoras de la política”. Una es Chiche Duhalde, promotora de la red de manzaneras que intriga a la funcionaria mexicana. Otra es Carrio quien, previsiblemente, aportaría las críticas más ácidas a las frecuentes prácticas clientelísticas. Pero estos encuentros quedaron para una próxima gira.