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¿Deben las organizaciones de desocupados integrar el organismo que administrará y controlará los planes de empleo? La invitación fue formulada ayer por el Gobierno a la Federación de Tierra y Vivienda que conduce Luis D’Elía y los desocupados de la Corriente Clasista y Combativa de Juan Carlos Alderete. Los dirigentes quedaron en pensarlo, pero abandonaron la reunión sin ahorrar elogios al programa.
“Es la primera vez que tenemos un proyecto universal que atiende a los desocupados en la Argentina”, consideró D’Elía, quien subrayó que no se había presentado un plan “de esta naturaleza desde el advenimiento del modelo neoliberal”. El Consejo Consultivo Nacional se ocupará de monitorear la distribución de los subsidios y estará integrado por representantes del Gobierno, de las empresas, de las ONG, de las centrales sindicales y de los piqueteros. Hasta ayer, según confirmaron a este diario en el Ministerio de Trabajo, la invitación correspondiente a los “piqueteros” no incluía a todas las organizaciones de desocupados sino sólo a las dos mencionadas más arriba.
El debate trae a primer plano la cuestión de qué son y para qué son las organizaciones de desocupados. Alderete consideró ayer que su organización fue parte del Consejo de Emergencia municipal desde el día de su creación, y que hacerlo “sirvió para controlar mejor el reparto de lo que íbamos consiguiendo con cada corte de ruta”.
Dentro de la Corriente, al igual que en la CTA, ayer anticipaban que la definición obligará a una discusión interna sobre el tema. “Obviamente, la pregunta de fondo es si en términos políticos la integración al Consejo significa un aval al rumbo económico del Gobierno”, planteaba anoche un dirigente del sector. De todas maneras, algunos evaluaban que no había que descartar la participación en el Consejo. El argumento principal a favor era que las organizaciones de desocupados mantienen una pelea diaria para conseguir los recursos mínimos para sus integrantes (“no sólo planes sino comida, todos los días) y que en ese marco exigirle que sean permanente vanguardia de la lucha antimodelo es demasiado. A la vez, “acceder a la información y al control de los programas está lejos de ser una cuestión menor”.