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Algunos de los personajes señalados por el Gobierno como responsables de generar un clima de inestabilidad salieron airadamente a contrarrestar la acusación. Todos coincidieron en que los dichos del Presidente responden a una “visión autoritaria” que quiere inhabilitar las críticas.
- José Luis Espert: “Yo no voy a aceptar que gente que tiene que rendirme a mí cuenta de los actos públicos, como es el gobierno de turno, se dedique a injuriar, a denigrar la opinión de gente que no opina como el Gobierno. No sabía que estábamos en Cuba, donde uno opina distinto que el gobierno y ya quiere conspirar y queda en el paredón de los desestabilizadores de las instituciones del país”. El economista consideró “probable” presentar una denuncia contra el Gobierno.
- Jorge Triaca (el ex ministro de Trabajo del gobierno menemista): “Soy una persona de consenso, no un conspirador. Es un absurdo pensar que por el hecho de no estar de acuerdo con el desarrollo de una política eso signifique que estoy en el borde de la convivencia democrática. Estoy sorprendido de que me involucren en un complot conspirativo por juntarme a festejar mi cumpleaños”. Consideró “muy injusto” que “después de una purga policial se diga que (esos agentes despedidos) son los responsables de los robos”.
- Ricardo López Murphy (titular de Recrear): “Lo único que falta es que el Gobierno pretenda que las personas que no coinciden con él están en una actitud delictiva. Es un autoritarismo inconcebible. Ha sido enormemente negativo para el funcionamiento de las instituciones tanto la retórica que usó el Presidente como las actitudes que ha tenido. La idea del delito de opinión es, quizá, la más grave de las características de las restricciones de las libertades. Esas declaraciones pueden tener que ver con la intención de cubrir que han triplicado la oferta por la deuda y que se han comprometido a enviar fuerzas a Haití”.
- Mauricio Macri (titular de Compromiso por el Cambio): “Que el Presidente gobierne, que la única salida que tiene la Argentina es la gestión, que no se deje llenar la cabeza con teorías conspirativas. Primero dijo que hubo una conspiración en el Regimiento, después un complot de economistas y por último una acusación a la oposición por pensar distinto. Se ve que no escuchó o no entendió el mensaje del cardenal (Jorge) Bergoglio. Además, es descabellado acusar a la misma persona (por el fiscal Carlos Stornelli), que hace dos años para el Presidente era un héroe por haber acusado a (Carlos) Menem, de que ahora encabece una conspiración desde el menemismo”.
- Daniel Artana (economista de Fiel): “Es demencial la acusación. Es poco serio. No sé por qué el Gobierno hasta donde sé en ningún momento ha mencionado nombres. Si el Gobierno se la pasa viendo confabulaciones y cosas por el estilo, las tiene que probar. Me parece que uno tiene que tener algo de mesura, sobre todo si se es funcionario público”.