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Carlos “Chacho” Alvarez volvió a caminar los pasillos del Senado a cuatro años de renunciar a la vicepresidencia. Lo hizo sin mayores ceremonias, para participar de un seminario sobre “Concertación Social en los Sistemas Democráticos” organizado por el senador socialista Rubén Giustiniani en el marco del proyecto de creación del Consejo Económico y Social en la Argentina. El objetivo de este organismo, que tiene su ejemplo más cercano en Brasil, es abrir un espacio de diálogo entre sectores con intereses cruzados –desde bancos hasta organizaciones de desocupados– para articular estrategias de desarrollo a mediano plazo, y que estas discusiones no queden en el aire sino que tengan peso como para influir en la agenda de Gobierno. “Es claro que este tipo de alternativa puede generar temor por ser un ámbito paralelo de poder –dijo Alvarez–, pero la Argentina no tiene aún una respuesta a un modelo neoliberal que fracasó y la sociedad está lista para encarar ese debate.”
El encuentro se desarrolló durante la tarde en el Salón Arturo Illia del Senado y contó con tres paneles. En el primero de ellos estuvieron el diputado Claudio Lozano junto a los senadores Rodolfo Terragno y Marita Perceval, quienes avanzaron sobre los antecedentes legislativos y las experiencias internacionales de este tipo de organismos. Luego fue el turno del presidente de Adimra, Manfredo Argheit; Guillermo Giannasi, de la Federación Agraria Argentina, y el representante de la Confederación de la Mediana Empresa, Francisco Matilla, quienes ofrecieron una exposición con algún exceso de retórica.
Como suele suceder, el plato fuerte de la jornada llegó al final, con la mesa integrada por Chacho Alvarez, el politólogo José Nun y el ministro de Desarrollo Económico y Social de Brasil, Jaques Wagner, quien enloqueció a su traductora con sus interrupciones. El ex vicepresidente volvió al Senado pero lo hizo una hora más tarde de lo previsto. “No siento nada especial” aseguró en su regreso, a cuatro años de años de su salida del gobierno de la Alianza.
El encargado de abrir el panel fue Nun, quien analizó las condiciones de viabilidad de un consejo de este tipo en la Argentina. “Frente a la baja representatividad de los sindicatos y partidos políticos, y frente a la debilidad del Estado, parece indispensable la creación de un Consejo Económico y Social como canal de discusión y como dique de contención del poder económico”, señaló. “Pero debe quedar en claro –dijo– que si este ámbito sólo produce palabrerío e invocaciones al buen corazón de los grupos hegemónicos van a quedar en la nada, como sucedió con la Mesa del Diálogo. Lo que hace falta es un debate muy duro contra los sectores dominantes para buscar: no consensos imposibles, sino acuerdos mínimos.”
En esa línea, Alvarez explicó que no tiene demasiado sentido buscar estrategias de desarrollo sobre una base de “consenso absoluto, ya que la democracia es conflicto y es imposible que todos se encolumnen tras un proyecto”. “En este momento –dijo– en que la Argentina está estabilizando muchas de sus variables, hay que construir un horizonte a mediano plazo, para terminar con este país pendular plagado de discontinuidades.”
La palabra “consenso” fue repudiada también por el ministro brasileño. “La aborrezco –dijo–. Hay que hablar de debate y negociación.” En el caso brasileño, este foro reúne desde el Banco Itaú hasta el Movimiento de los Sin Tierra.
“Esta articulación permite abrir la discusión y comprender que gobernabilidad no quiere decir concentración de poder”, explicó sobre el cierre el autor del proyecto, el senador Giustiniani.

Informe: Alfredo Ves Losada.