EL PAíS › SE FRUSTRO UN ENCUENTRO DE LA LIGA DE INTENDENTES
Jefes progresistas en dispersión
Por José Natanson
El encuentro de los principales líderes del centroizquierda, que iba a realizarse en estos días en Rosario, pasó a cuarto intermedio, con riesgo de muerte definitiva. El motivo fue la resistencia de la estructura del Partido Socialista, liderada por el senador Rubén Giustiniani, para sumarse a un armado que consideran demasiado cercano al Gobierno. Además, el intendente de Córdoba, Luis Juez, se cansó de tantas idas y vueltas y decidió aceptar la invitación de la transversalidad kir- chnerista (ver aparte), lo que terminó de complicar –una vez más– la construcción de un espacio progresista con vocación nacional.
La primera reunión entre los referentes más importantes del progresismo se realizó en marzo, en Córdoba. La convocó el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, que invitó a sumarse a Juez y al ex intendente de Rosario y en ese entonces candidato a gobernador de Santa Fe, Hermes Binner. Aunque el primer encuentro salió razonablemente bien, las dificultades para acordar una posición común respecto del Gobierno complicaron la construcción del espacio.
El cambio en la posición de Néstor Kirchner, que decidió abandonar sus coqueteos transversales y replegarse al PJ, dieron un nuevo impulso a la iniciativa. Un mes atrás, Ibarra almorzó en la Jefatura de Gobierno con el intendente de Rosario, el socialista Miguel Lifschitz, con quien acordó realizar un encuentro junto a Juez y otros jefes comunales, entre los que mencionaron al de Morón, Martín Sabbatella.
Todo parecía acordado, pero al volver a Rosario Lifschitz se encontró con la resistencia de la estructura de su propio partido, el PSP, que se oponía a una iniciativa que consideraban demasiado cercano al Gobierno. Ibarra y Lifschitz se sorprendieron, porque la idea era aprovechar el nuevo contexto político y construir un espacio que abandonara la equívoca denominación original (transversalidad) para declararse autónomo del Gobierno. Sin embargo, muchos socialistas no estaban conformes y objetaban el encuentro con el argumento de que, más allá de los matices, de todos modos se leería como una reedición de la transversalidad. “¿Cuál es el sentido de avanzar en una construcción con Ibarra y Juez, que son socios políticos de Kirchner, si en las elecciones del año que viene el Gobierno va a jugar con el PJ en las elecciones de Santa Fe?”, se quejaba un socialista rosarino.
La decisión de desactivar la reunión esconde la interna socialista, que divide a dos sectores: por un lado, la estructura partidaria controlada por Giustiniani y, por otro, los referentes más conocidos, como Binner y Lifschitz. Conscientes de que el tiempo se acaba, los operadores de Ibarra comenzaron a planificar una reunión con Giustiniani para destrabar la situación, pero quizás sea demasiado tarde.