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Toda creación, ya lo dice la Biblia, tiene que tener un nombre. Y la primera vez que se nombra algo de alguna forma se lo crea. También en política. El frente transversal que se presentó en sociedad con un acto masivo en el Luna Park anunciará su nombre el 12 de diciembre próximo. El escenario será la Facultad de Derecho de la UBA. Allí se realizará el congreso fundacional y se elegirán sus autoridades. También se crearán mesas de conducción para las ocho secciones electorales de la provincia de Buenos Aires. Lo más probable es que el espacio se llame “Frente Popular” o “Frente Patria para Todos”. Mientras preparan el cronograma para lanzar la coalición, las preocupaciones más inmediatas pasan por la situación legal de uno de sus dirigentes, el líder de la FTV, Luis D’Elía.
El frente está encabezado por los diputados Miguel Bonasso y Francisco “Barba” Gutiérrez, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y referentes de organizaciones sociales, como el propio D’Elía (FTV), Edgardo Depetri (FTNyP), Jorge Ceballos (Barrios de Pie) y Emilio Pérsico (MTD Evita), entre otros grupos. Desde que lograron llenar el Luna Park con quince mil personas, el espacio afianzó sus vínculos con la Casa Rosada. La relación ya era buena con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y ahora se extendió a otros funcionarios que hasta hace poco mantenían cierta reserva. El acercamiento se profundizó aún más con el pedido de desafuero y detención contra D’Elía que ordenó el juez federal Jorge Urso (ver página 8).
Aunque pueda sonar como una visión conspirativa, en el Gobierno creen que el avance de la acusación contra D’Elía esconde intereses políticos y motivaciones non-sanctas. La semana pasada, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, analizó el caso con algunos representantes del espacio transversal. El propio Kirchner aseguró que el endurecimiento de la causa contra el líder de la FTV respondía a “una operación”. La frase la pronunció el viernes, antes de viajar a Chubut, en una conversación telefónica con uno de los miembros del frente. Tras los análisis compartidos con el Ejecutivo, los kirchneristas decidieron realizar un gesto público en solidaridad con D’Elía. Será una conferencia de prensa, mañana a las 11, en un hotel ubicado en Suipacha 30.
El temor de los transversales es que la situación de D’Elía perjudique la institucionalización del nuevo espacio político. Con suspicacia, aseguran que cada vez que ellos toman la iniciativa se producen hechos que los obligan a cambiar de agenda, a ponerse a la defensiva. Como ejemplo citan el acto en Parque Norte de los piqueteros oficialistas, aquel que contó con la discutida presencia de tres miembros del gabinete: Parrilli, Carlos Tomada (Trabajo) y Alicia Kirchner (Desarrollo Social). Por esos antecedentes es que decidieron afrontar el tema y salir a respaldar al piquetero de la FTV. “No podemos regalárselo a Urso”, es la consigna que resume sus preocupaciones. A pesar de que D’Elía no descarta renunciar a los fueros, sus aliados creen que eso sería explotado por “la derecha” (a la que prefieren no identificar con nombre y apellido).
Pero los transversales van por más. Además de responder ante la peliaguda trance de su compañero, el frente estrechará sus relaciones con el Gobierno. Y seguirá buscando nuevos aliados. Una escena reveladora, en ese rumbo, podrá cotejarse el martes en Costa Salguero. Allí se darán cita miles de desocupados para realizar el primer encuentro de cooperativas de autoconstrucción de viviendas. Se trata del famoso plan Manos a la Obra. El acto estará encabezado por Kirchner, que cerrará el encuentro con un discurso. Los transversales amenazan con una nueva demostración de fuerza. Aunque eso no es todo. Lejos de los eventos oficiales, también están pensando en la provincia de Buenos Aires: uno de sus referentes analizó la situación política del distrito con el ministro de Trabajo bonaerense, Roberto Mouillerón, quien traía la venia de Felipe Solá.