EL PAíS › EL DESEMBARCO DE KIRCHNER EN LA RIOJA
Estuvieron todos, menos uno
El Presidente fue recibido por Maza, el intendente Quintela y el senador Yoma. Eduardo y Adrián Menem participaron del acto central. Llevó 290 millones para obras y recursos para destrabar el conflicto docente
Por Martín Piqué
No se trataba de un distrito cualquiera. Prueba de ello es que pasó más de un año y medio desde su llegada a la Casa Rosada y aún no la había visitado. Ayer viajó finalmente a La Rioja y puso particular cuidado en sus palabras para demostrar que en nada influye que ésa sea la tierra de Carlos Menem. “Vengo a esta provincia con el mismo amor y ganas que cuando tengo que ir a mi provincia de Santa Cruz”, dijo Néstor Kirchner al hablar en suelo riojano. Tampoco se olvidó ahí de dejar un mensaje para los empresarios y no sólo afirmó que “en la tarea de distribuir el ingreso en la Argentina este gobierno no es neutro”, sino que también les advirtió que “es bueno que tengan rentabilidad, pero también que los trabajadores puedan ganar un poco más para sentirse parte del esfuerzo de todos”.
Kirchner llegó al aeropuerto de La Rioja y allí lo recibieron el gobernador Angel Maza y sus funcionarios, entre los que Página/12 pudo escuchar ironías que recordaban al maltrecho Tango 01 con el que Menem viajaba de un lado para otro. “Tenemos un Presidente de a pata”, bromearon los asesores del mandatario provincial al verlo bajar de la escalerilla del avión de Aerolíneas contratado por Presidencia para el viaje.
Ironías aparte, a poco de andar en suelo riojano, Kirchner y su comitiva percibieron que el poder de Menem en su provincia está diluido. Los carteles con la leyenda “La Rioja es tierra de Menem”, que portó un grupito de personas que esperó el paso del santacruceño al costado de la ruta entre el aeropuerto y el centro de la ciudad, fueron la única referencia al ex mandatario. La gran mayoría de los riojanos, en cambio, mostró signos de adhesión a Kirchner.
La otra cosa que comprobó Kir- chner es que la provincia está dividida políticamente. Se viven tiempos de transición en torno de tres figuras principales: el gobernador Maza; el intendente de la capital, Ricardo Quintela; y el senador Jorge Yoma, desde afuera del PJ.
La división se comprobó en el acto que el Presidente encabezó en el Centro Administrativo Provincial, una construcción del gobierno local pintada de rosa y con un estilo similar a los edificios de Chapadmalal que construyó Juan Perón. En el patio interno del edificio convivían simpatizantes del gobernador con militantes de Quintela. Los seguidores de Yoma, en cambio, se quedaron en el aeropuerto. El senador no quiso movilizar al escenario del acto porque no estaba de acuerdo con que Kirchner no fuera recibido en la gobernación, como se había hecho con Raúl Alfonsín y, por supuesto, con Menem cuando éstos eran presidentes.
La influencia de los tres dirigentes quedó a la vista en los cantitos. Algunos cantaban “Maza, Maza” y otros, que eran más, contestaban “Ricardo, Ricardo”, en referencia al intendente. También se escuchó el clásico “Un minuto de silencio” para Yoma, pero la mayoría lo ovacionó. Maza para evitar silbidos hizo tocar a una banda de música apenas comenzó su discurso. Todas las veces que Kirchner mencionó al gobernador la misma banda lo interrumpió al ritmo de Siga el baile.
El senador Eduardo Menem y el diputado Adrián Menem, sentados a la derecha de Kirchner, no lo aplaudieron en ningún momento. Eso sí, Adrián hizo un gesto de aprobación cuando el santacruceño agradeció a los senadores y diputados que, a pesar de sus diferencias, lo han respaldado en el Congreso cada vez que necesitó una ley.
Kirchner tuvo además otros gestos. “Quiero agradecer el cariño que he recibido de este pueblo hermano apenas tocamos suelo en el aeropuerto”, remarcó. Después se dirigió a los empresarios y, entre otras cosas, dijo que “este gobierno trabaja para la distribución. Queremos que se recuperen la clase trabajadora y la clase media”.
Kirchner trajo a La Rioja unos 290 millones de pesos para obras, además de recursos para destrabar el conflicto docente local. El gesto tal vez más importante fue que aceptó que el sistema previsional de La Rioja sea transferido a la Nación. A cambio recibió algunos obsequios, entre ellos una alfombra que dio para las ironías en su comitiva: “Debe ser la alfombra voladora de Alí Babá”.