EL PAíS › PROBABLE DEBATE TRAS LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
Narcovalijas el 1º de marzo
Por Eduardo Tagliaferro
El escándalo de las valijas que salieron con cocaína rumbo a España amenaza con paralizar el Congreso. Contrarreloj, el titular de la Cámara de Diputados, el duhaldista Eduardo Camaño, intenta convencer a los bloques de la oposición que desistan de la idea de convocar a sesiones especiales para reclamar la interpelación del jefe de Gabinete, Alberto Fernández. En el despacho de Camaño se encuentra la nota en la que radicales, ex cavallistas, seguidores de Ricardo López Murphy y el socialista Héctor Polino reclaman una sesión para el martes a las 12 horas. Apenas unos minutos después de que el presidente Néstor Kirchner abandone el Palacio Legislativo luego de inaugurar un nuevo período ordinario de sesiones. Aunque no logren el quórum, nadie podría evitar que se realicen manifestaciones en minoría. Amplificado por la presencia de los medios de comunicación y por la no descartada reacción de los más viscerales de los oficialistas, el escenario amenaza con ser otra bochornosa página del Parlamento.
La probable escena desvive a los responsables del peronismo en la Cámara baja. “Sería un desastre”, confía a este diario un destacado legislador del oficialismo. “Se imagina que no podremos evitar que tres o cuatro de los más exaltados de los nuestros bajen al recinto para responder las barbaridades que se pueden llegar a decir”, especula ante el hipotético cuadro. Para que no queden dudas de la importancia del tema, el legislador tampoco duda en afirmar que “hasta que no se defina esto, no habrá sesiones ordinarias”.
Para evitar este cuadro, Camaño comenzó una ronda de consultas con los responsables de la mayoría de los bloques. El mar de ausencias complicó las cosas. Las gestiones no pudieron avanzar el tanteo telefónico. La negociación tampoco es fácil. Camaño pide que por esta semana no se insista con la solicitud de sesiones especiales. A cambio ofrece la presencia de los ministros en las comisiones parlamentarias. Algo que el jueves, cuando el escándalo llegó al recinto del Senado, el rionegrino Miguel Angel Pichetto le ofreció a la oposición.
En Diputados, el oficialismo no puede darse el lujo de llevar adelante un debate como el que se dio en el recinto del Senado. Sus números son más ajustados. Acaba de perder la adhesión de Adrián Menem y de Alejandra Oviedo y tiene algunos de los suyos con licencia, como el caso de Juan José Alvarez. El caso de las valijas unifica a casi todos los bloques de la oposición, que podrían incluso llegar a conseguir el quórum necesario para obtener un pronunciamiento del cuerpo.
Precisamente el pronunciamiento de la Cámara es lo que el justicialismo quiere evitar. “Si un ministro del Gobierno viene al recinto, tenga por seguro que está muerto”, dice con contundencia un importante diputado de la mayoría que habla con Página/12. En privado, los hombres del oficialismo también tienen sus dudas. “¿Cómo pudo ocurrir que el Presidente no supiera nada de esto?”, se pregunta el interlocutor de este diario. La duda domina a la oposición y el oficialismo considera legítimo la necesidad de información. “No queremos encubrir, ni ocultar nada”, aclara para evitar suspicacias. Precisamente para despejar las sospechas, se muestra partidario de que el jefe de Gabinete se presente en un plenario de comisiones de la Cámara baja para explicar cómo fue que el caso encontró desinformados a tantas funcionarios. También alienta que el ministro del Interior, Aníbal Fernández, trace algunas políticas futuras para que el hecho no se repita.
La pelota está picando del lado de la oposición. El radicalismo, segundo bloque en importancia, tendrá que definir si se da por satisfecho con el convite de la mayoría.