ESPECTáCULOS › B. B. KING RECUERDA A PAPPO
“Estoy muy apenado, era un gran hombre”
En conversación exclusiva con Página/12, el legendario bluesman se sorprendió por la noticia y lo recordó como “un gran amigo”. “Argentina ya no será lo mismo para mí”, señaló.
Por Mariano Blejman
Oculto en algún hotel de Estados Unidos bajo un seudónimo muy parecido al nombre de una moto, el rey del blues B. B. King recordó a su amigo Pappo, a quien conoció en 1980 cuando el Carpo se le acercó a los aposentos del rey con una horma de queso en mano como obsequio. Este diario le contó al rey del Blues que Pappo había fallecido, atropellado por un auto después de caerse de su moto. Aunque el sitio web de B. B. King tenía esa información actualizada, el protagonista de Live at the Apollo y Blues Summit todavía no había sido informado. “¿¡En serio!?”, se sorprendió King del otro lado del teléfono. Desde aquella anécdota con la horma de queso, Pappo fue para King “Mr. Cheeseman” (Señor Queso), en honor a ese regalo iniciático. “Sin él estando vivo allá, Argentina ya no será lo mismo para mí”, contó ayer por teléfono en exclusiva para Página/12. El rey del blues conoció a Pappo en 1980, cuando vino a tocar por primera vez. Pero selló definitivamente su amistad en 1992, una noche en que el rey llegaba a Obras en su limousine para tocar lo suyo, cuando sonaban los últimos temas de Pappo’s Blues. “¿Quién está tocando?”, preguntó. “Pappo”, le respondieron. “Ah, Mr. Cheeseman... Díganle que lo invito a tocar conmigo en los bises”, dijo. De allí, todo fue hacia arriba.
“Lo conozco hace más de veinte años, no me acuerdo exactamente cuántos, pero éramos muy amigos. El era un gran guitarrista, siempre lo fue, siempre lo será”, señaló el legendario guitarrista. La relación entre ambos llegó a su clímax el 10 de agosto de 1993, cuando King lo invitó especialmente a tocar en el Madison Square Garden de Nueva York. Antes lo había recibido en el camarín: “Espero que este gesto le sirva para algo”, sentenció B. B. King. En el escenario, dijo: “En 42 años de carrera conocí 68 países y muy buenos músicos de blues, jazz, country y rock and roll. Esta noche tengo el orgullo de presentarles al mejor guitarrista de blues de Sudamérica: de Buenos Aires, Argentina, ¡Pappo!”. El guitarrista apareció de saco, camisa y pantalón negro sobre el escenario del salón Paramount del Madison Square Garden, donde unos cuatro mil neoyorquinos observaron ese histórico momento para el rock y blues argentino.
–¿Qué recuerda de Pappo?
–La verdad es que lo recuerdo bien. Durante estos años nos dijimos muchas cosas, aunque nos dijimos muchas más cosas con la guitarra. Pero le voy a decir que no sería fácil recordar una sola cosa. Aunque era un gran gran amigo, y no lo voy a olvidar. Verdaderamente estoy apenado por su familia, por toda la gente que lo seguía. Era un gran hombre.
–Usted se sacó una foto con él, y desde ese día Pappo comenzó a hacer giras prolíficas por el exterior, ¿sabe que le cambió la vida?
–Es que él tenía que compartir su talento con todo el mundo, no sólo con nosotros y con su familia.
Aquella noche histórica en el Madison Square Garden, Pappo contó cómo se sentía cuando tocaba con B.B. King: “Es como el padrino de la cosa. Si vos estás bajo el ala del rey, chau, tocás con todo el mundo. No es cuestión de ir a mostrar el yeite, o qué rápido puedo ser con la guitarra, sino ir a sumarme a la banda y al clima del momento”. B. B. King prefiere evitar un comentario que pueda rozar el racismo.
–¿Tocando, Pappo parecía negro?
–Era uno de los grandes bluseros que existieron, punto. Yo no puedo pensar en que alguien sea negro, que sea blanco o que sea gris para tocar. No todos los negros tocan buena música, ni todos los blancos lo hacen. No se puede pensar la música de un modo racista. Sólo algunos lo hacen bien, y Pappo era uno de ellos.
–¿Se divirtió con él?
–Además de tocar muy bien la guitarra, era una muy buena persona. Muy agradable. El me vino a visitar cuando estuvo en Estados Unidos y yo lo visité en Argentina las veces que fui a tocar allí. No hubiese hecho eso si Pappo no hubiese sido mi amigo.
–En su funeral hubo una verdadera multitud. ¿A qué cree que se debe esa devoción?
–Sé que mucha gente lo amaba, yo soy uno de ellos. Y muchos lo van a extrañar también. Pero bueno, sin él estando ahí, Argentina no será lo mismo para mí. Les agradezco mucho por llamarme, estoy realmente agradecido de que se hayan acordado en este momento.