EL PAíS › SCIOLI Y BIELSA REPRESENTARAN AL PAIS EN LAS EXEQUIAS DEL PAPA
Lo de Baseotto queda en suspenso
El vicepresidente y el canciller viajarán hoy a Roma para asistir a los funerales de Juan Pablo II. Desde el Gobierno se anunció que la polémica por Baseotto quedará en suspenso.
La muerte de Juan Pablo II apaciguó la tensa relación entre el gobierno nacional y el Vaticano tras las polémicas declaraciones del ex obispo castrense Antonio Baseotto. La delegación de nuestro país que participará de las exequias del Sumo Pontífice llevará un mensaje de agradecimiento para la relación que mantuvo el Vaticano con la Argentina durante el papado de Karol Wojtyla. En tanto, el embajador argentino ante la Santa Sede, Carlos Custer, recibió una “nota verbal” en la que la Iglesia insta a “la búsqueda de una solución concordada”. En nuestro país, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, afirmó que “el fallecimiento (del Papa), hace que situaciones como ésta (la de Baseotto) pasen a segundo plano” y su solución “se dejará para más adelante”.
La comitiva argentina que partirá hoy por la tarde al Vaticano para las exequias de Juan Pablo II llevará el mensaje del Gobierno en agradecimiento a la relación entre ambos Estados que llevó adelante el Pontífice fallecido. Un mensaje que según Oliveri es “no sólo de la grey católica sino de toda la comunidad, religiosa y laica” de nuestro país. El secretario de Culto será también parte de la delegación que encabezarán el vicepresidente Daniel Scioli y el canciller Rafael Bielsa, y a la que se sumará en Roma el embajador argentino ante el Vaticano.
Precisamente, Custer fue el receptor de una “nota verbal” en la que la Santa Sede plantea “la búsqueda de una solución concordada, aceptable a ambas partes” tras el conflicto que desencadenó el obispo castrense, al afirmar que había que atarle una piedra al cuello y tirar al mar al ministro de Salud, Ginés González García, por su postura a favor del aborto. La nota, que ya está en manos de la Cancillería, es una nueva muestra del Vaticano por intentar distender la relación entre ambos Estados. Como ya lo había hecho al dejar trascender que Baseotto –expulsado de su cargo de vicario castrense y despojado de su sueldo por el gobierno argentino– volvería a Roma, así como el anuncio anticipado de la jubilación por edad del obispo de Resistencia, Carmelo Giaquinta, quien había criticado duramente a Néstor Kirchner por la resolución del caso Baseotto y su relación con la Iglesia.
Desde el Gobierno también hubo señales para bajarle decibeles a la confrontación. El secretario de Culto afirmó que el fallecimiento de Juan Pablo II “dejará para más adelante” la resolución de la controversia por Baseotto, para luego agregar que desde el Poder Ejecutivo se va a “trabajar para lograr una buena comunicación” con la Iglesia Católica, y anticipó que esas gestiones se realizarán mediante la discreción y reserva para no generar mayores conflictos.
“Habrá que revisar (la situación) para garantizar la independencia necesaria y la autonomía entre el Gobierno y la Iglesia”, insistió Oliveri, quien rápidamente aclaró que esa alternativa no implicaría la renuncia al acuerdo sobre la creación de la vicaría castrense. Oliveri también dijo desconocer la existencia de una terna de obispos elaborada para reemplazar a Baseotto, ya que es una atribución que está “en la órbita del Vaticano”. En sus declaraciones, el secretario de Culto también se sumó a los lineamientos que trazó el discurso presidencial al conocerse la noticia de la muerte de Juan Pablo II. “La impronta del Santo Padre –dijo Oliveri– es importante por lo que hizo por la Argentina, con su primer triunfo diplomático en 1978 cuando, en plenas dictaduras en la Argentina y en Chile, pudo frenar una guerra entre dos países hermanos.” Un agradecimiento que extendió a la presencia del Papa en nuestro país durante “la pastoral juvenil cuando la democracia comenzaba a caminar”.
Aunque los contactos son permanentes, el Gobierno considera prudente no insistir en la controversia hasta que los cardenales que se reunirán en el Vaticano decidan quién será el nuevo obispo de Roma y jefe de la Iglesia Católica, que deberá asumir funciones a principios de mayo. En la asunción del nuevo Papa, según el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el presidente Kirchner viajará al Vaticano.