EL PAíS › PRESENTACION DE GINES GONZALEZ GARCIA ANTE LA JUSTICIA
Baseotto no envió la carta
El ministro de Salud presentó un escrito ante Servini de Cubría donde sostiene que la carta que hizo pública el obispo castrense sobre “tirarlo al mar” nunca le fue enviada. Cómo queda la causa.
El ministro de Salud, Ginés González García, le aclaró a la Justicia que el obispo Antonio Baseotto nunca le envió de manera personal la carta en la que sugirió “tirarlo al mar con una piedra atada al cuello” por su posición favorable a la despenalización del aborto. El funcionario respondió así a una consulta al respecto de la jueza María Servini de Cubría, quien investiga si el prelado incurrió en la figura de apología del delito. Aunque González García nunca la recibió, la carta en cuestión existió porque de hecho el propio Baseotto le entregó tiempo atrás una copia a la misma magistrada y fue la que llevó al presidente Néstor Kirchner a anular por decreto su nombramiento al frente de la vicaría castrense.
La carta de Baseotto a González García fue pública, pero el texto en sí nunca llegó a manos del titular de la cartera de Salud. Eso fue lo que, por medio de un escrito, el funcionario le explicó a Servini de Cubría. La jueza tiene a su cargo una causa abierta a partir de una denuncia que promovió el abogado Ricardo Monner Sans al enterarse de los dichos del religioso.
Monner Sans denunció al entonces vicario castrense por presunta apología del delito. Ante el planteo del abogado, Servini de Cubría solicitó la opinión del fiscal federal Paulo Starc, quien requirió al Ministerio de Salud que aportara una copia de la carta como paso previo para comenzar la investigación del caso.
Esa cartera respondió en abril pasado el requerimiento del fiscal y precisó que no había recibido la misiva. Lo mismo le aclaró ahora González García a Servini de Cubría, según confiaron fuentes judiciales. Los mismos voceros evaluaron que es posible que a raíz de la respuesta del ministro de Salud la causa quede virtualmente empantanada y con pocas chances de progresar.
Baseotto presentó también a principios de abril último un escrito ante el juzgado de Servini de Cubría y anexó una copia de la carta. En ese momento la jueza estaba de licencia y era subrogada por su colega Norberto Oyarbide.
En la carta en cuestión Baseotto sugirió que a González García habría que “arrojarlo al mar con una piedra atada al cuello” por su posición favorable a la despenalización del aborto. El prelado dijo después a modo de defensa que sólo había recurrido a una frase bíblica y que había sido malinterpretado. Baseotto fue cuestionado por esas expresiones por varios de sus colegas –otros, en cambio, lo defendieron– del Episcopado, donde más de uno le reprochó que hubiera hecho pública la carta en lugar de remitírsela en privado a González García.
Las explicaciones de Baseotto no fueron suficientes para el Gobierno, que consideró sus dichos como una grave afrenta: en respuesta a sus expresiones, Kirchner dispuso por decreto revocar su nombramiento al frente de la vicaría castrense.
La anulación de la designación de Baseotto en ese cargo implicó también la quita del sueldo que por sus funciones cobraba de manos del Estado y generó un clima de fuerte tensión entre el Gobierno y la Iglesia Católica. El Vaticano no se mantuvo al margen y tiempo atrás Benedicto XVI recibió al prelado, un hecho que muchos interpretaron como un gesto de apoyo. Aunque el caso Baseotto todavía no está resuelto en forma definitiva, ahora está siendo tratado bajo la cuerda de la diplomacia entre la Cancillería y la Santa Sede.