EL PAíS › KIRCHNER ACOMPAÑO LA MISA POR
CROMAÑON Y RECIBIO PEDIDOS
“Por favor, no nos dejen solos”
El Presidente realizó una visita sorpresiva a los familiares, durante la misa de los seis meses, en la Catedral. Acompañó los pedidos sin que significara coincidir en todos los reclamos.
Informal, sin custodia y sin anunciarlo previamente, el presidente Néstor Kirchner entró a la Catedral Metropolitana para acompañar a los familiares de las víctimas de Cromañón a seis meses de la tragedia. “Hago todo lo que puedo”, les dijo cuando concluyó la celebración religiosa. Los familiares le pidieron “por favor, no nos dejen solos”. “Estoy haciendo más de lo que se ve”, respondió Kirchner. Su visita fue una señal de respaldo para los familiares. Aunque existe un sector que prefiere mantenerse lejos de los funcionarios para evitar “la politización de la causa”, otros consideraron su presencia como una demostración de respaldo “categórico”. Fuentes de la Rosada explicaron que la voluntad del Gobierno es la de acompañar a las víctimas, lo que no significa un apoyo completo a todos sus reclamos.
Los familiares le habían acercado la invitación a Kirchner durante una reunión, hace tres semanas. El Presidente encomendó al ministro de Interior, Aníbal Fernández –con quien un grupo de familiares se reúne semanalmente para seguir la causa–, agendar la cita y mantener el contacto. Los dos aparecieron ayer sin anunciarlo, en la celebración religiosa.
José Iglesias es uno de los abogados de la causa, padre de Alex, uno de los chicos muertos en la tragedia. Estuvo en el primer encuentro con Kirchner, después con el ministro y, ayer, entre la multitud de familiares que colmó la Catedral de Buenos Aires. “Personalmente –le dijo a este diario–, la presencia del Presidente me pareció reconfortante. Se cumplían seis meses del incendio, y él es el representante de la Nación, verlo ahí me produjo un sentimiento reconfortante.”
A la salida de la misa, Kirchner se acercó a Iglesias para saludarlo. “Fuerza –le dijo–. Siga adelante.” Como el abogado, otros padres o sobrevivientes intentaron acercarse. Muchos para manifestarle personalmente sus reclamos. Hubo familiares que pidieron la normalización de los pagos para los abogados patrocinantes, un compromiso que asumió el Estado a través de la firma de un decreto y aún no se completó. Pidieron que comiencen los trabajos en la plaza ubicada frente al sitio donde funcionó el boliche para trasladar el santuario. Pidieron, además, la lista completa de los sobrevivientes para saber quiénes son. Y la madre de uno de los jóvenes muertos le dijo al Presidente: “Hay gente que la está pasando muy mal”, y enseguida reflexionó sobre la posibilidad de que “se va a pudrir todo”.
Ante los reclamos, Kirchner se mostró cauto. Poco antes de subir al auto para retirarse dijo que se ocupa “permanentemente” de seguir de cerca las alternativas de la investigación judicial. Al respecto, la semana pasada se produjeron varias novedades: por un lado, las apelaciones por la libertad de Omar Chabán y Raúl Villarreal llegaron a la Cámara de Casación, que deberá definir si la decisión de la Cámara de Apelaciones de liberar a los dos únicos detenidos tiene vicios que la anulen. Por otra parte, Página/12 informó en exclusiva la investigación paralela iniciada sobre el cuerpo de bomberos que derivó en el apartamiento y pase a disponibilidad del comisario Alberto Conrado Corbellini, quien ya había dejado dudas en sus anteriores declaraciones ante la Justicia. En esa misma causa paralela, el juez Julio Lucini investiga al ombudsman porteño adjunto Atilio Alimena.
Fernando Soto, abogado y representante de un grupo de víctimas, no estuvo en la Catedral. La presencia del Presidente entre los padres, dijo, “sirve para que el tema esté en el candelero, para que siga en la opinión pública y los medios de comunicación. Por lo demás, no lo veo productivo, porque su presencia termina politizando la causa como sucedió con la liberación de (Omar) Chabán”.
En tanto, la presencia de familiares de las víctimas en la Catedral es bastante frecuente. Los segundos domingos de cada mes llevan adelante una misa y una ceremonia interreligiosa en la Plaza de Mayo para recordar a sus muertos. La homilía de ayer estuvo a cargo del obispo auxiliar yVicario de la Juventud, Jorge Lozano, uno de los sacerdotes más cercanos a los amigos y familiares de los jóvenes de la tragedia.