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El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, reconoció ayer en voz alta lo que ya era evidente desde la definición de las listas para las elecciones de octubre. “No vamos a ir con candidatos propios”, aseguró el funcionario, que es titular de un partido nacional –el Frente Grande–, pero que desde el incendio de Cromañón optó por apartarse de la campaña. De todos modos, Ibarra ratificó su buena relación “institucional” con el Gobierno y mencionó a Rafael Bielsa como uno de los candidatos con los que se identifica.
Ibarra comenzó a negociar un acuerdo electoral con el Gobierno el año pasado, con la idea de coordinar una lista conjunta: incluso se hablaba del actual secretario de Infraestructura porteño, Roberto Feletti, como posible cabeza de la boleta de legisladores.
La tragedia de Cromañón, en la que murieron 193 personas, fue un golpe durísimo y cambió súbitamente el panorama político de la Ciudad. El Gobierno comenzó a trabajar en su propia lista, encabezada por Rafael Bielsa, sin integrar a hombres cercanos al jefe de Gobierno. Ibarra optó por apartarse de las negociaciones y el resto de los partidos que lo acompañaron en la última elección también decidieron presentar candidatos propios: Elisa Carrió se postula como candidata del ARI y hasta los socialistas, siempre inclinados a negociar acuerdos con otras fuerzas de centroizquierda, también optaron por conformar su propia boleta, que se definirá en la interna entre Norberto La Porta y Héctor Polino.
El resultado es que el Jefe de Gobierno no tiene un representante para las elecciones y que lo mismo ocurre con el Frente Grande, el partido que preside Ibarra a nivel nacional. Ayer, además de reconocer esta realidad, el funcionario se negó a señalar a su candidato favorito. “Hay varias listas que expresan el espacio político al cual uno pertenece. Cada uno tendrá mayor simpatía o cercanía con alguna lista”, explicó Ibarra. Y mencionó entre las posibles alternativas a Bielsa, al socialista Laporta, a su ex secretario de Obras Públicas Abel Fatala, que armó una lista neokirchnerista, y al Partido de la Ciudad de Jorge Giorno.
Consultado por su relación con el Gobierno, Ibarra atribuyó la distancia a las elecciones. “Estamos en un año electoral, y en un año electoral también las cosas se miden por conveniencias electorales”, explicó el Jefe Gobierno, que de todos modos aseguró que la relación es buena. “Desde lo institucional, de ninguna manera estamos solos, porque si no hubiera existido un respaldo yo hubiera sido el primero en denunciarlo, y esto no lo sentí así, de ningún modo. Ni del Presidente, ni del jefe de Gabinete Alberto Fernández, ni del ministro del Interior Aníbal Fernández, ni de nadie”, señaló.
La definición de Ibarra revela que la relación con el Gobierno se mantiene en un terreno razonable, pero sin la cercanía de otros tiempos. Tanto es así, que el funcionario se negó ayer a definirse en la disputa entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde. “Bastante tengo con la Ciudad de Buenos Aires para meterme en otra provincia”, explicó.