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Desde el Chaco, donde ayer visitó a una comunidad wichi, Hilda “Chiche” Duhalde dijo que le gustaría ser gobernadora de la provincia de Buenos Aires. La primera dama dedicó el día a reunirse con los gabinetes sociales de una zona donde recibió reclamos de comida, trabajo y agua potable. Ratificó que este lunes viajará a Tucumán a la localidad de Villa Quinteros para monitorear la situación social y los motivos por los que los fondos que aduce haber enviado no llegaron a la gente. Además le pidió especialmente a sus colaboradores que marcaran un itinerario recorriendo todos los focos de desnutrición que fueron revelados por Página/12 a comienzos de esta semana.
Las declaraciones de la mujer del Presidente sobre su deseo de pelear por la gobernación bonaerense sorprendió, incluso, a los miembros más encumbrados del gabinete nacional.
Con su marido fuera de carrera –dijo que cuando cumpla su mandato en la Casa Rosada, abandonaría la política–, Chiche sería funcional al esquema armado en los últimos diez años por el duhaldismo en la provincia.
El ex gobernador es quien, hasta ahora, sigue manejando el aparato partidario en el distrito y fue con ese poder que eligió a su sucesor interruptus, Carlos Ruckauf. También fue Duhalde quien bendijo, ante los barones del PJ provincial, que Felipe Solá continúe el mandato en La Plata sin más sobresaltos que los que impone la crisis socioeconómica (que no son pocos). Ahora, Chiche aparece como la continuidad “natural” (por utilizar una palabra que supo esgrimir en otros tiempos el propio Duhalde) de ese poder que, además, le permitiría a su esposo continuar timoneando los destinos del peronismo bonaerense. Esto podría ocurrir siempre y cuando los centuriones peronistas del conurbano acepten el cambio de mando.
–¿Repensó la posibilidad de candidatearse a la presidencia?
–No, de ninguna manera, sería irresponsabilidad siquiera considerarlo.
–¿Y gobernadora de la provincia de Buenos Aires?
–Dios dirá. La verdad es que yo me creo capaz de llevar adelante esta provincia. Yo no sé, si el PJ lo considera, si me necesitan, yo me siento capaz de ser gobernadora.
–En diciembre, usted dijo que se quería retirar de la política.
–A mí me gusta hacer cosas concretas, ejecutar. Lo que no sé hacer es política tradicional. Me gusta la gestión, me creo capaz de gestionar.
–¿Se siente capaz de hacerse cargo de una provincia quebrada?
–Antes de la mitad del año que viene no hay que plantearlo. Yo conozco la provincia, hay que hacer cosas muy importantes.
–¿Como cuáles?
–Trabajar sobre el sistema educativo.
–¿Cree que para las elecciones del 2003 van a surgir nuevas figuras?
–Seguramente. Pero no se puede venir a aprender. Yo no sé si una figura descolgada de la política puede ser eficiente en este momento.
–¿Cree que el PJ puede llevar adelante la renovación de su dirigencia?
–El PJ tiene que resolver problemas internos muy grandes. Hay debates ideológicos que se deben dar este año. Tenemos al presidente del partido pidiendo que el presidente de la Nación deje el cargo y reclamando la dolarización. Si no hay debate interno, el PJ no va a tener destino.