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Eduardo Duhalde se tomará el fin de semana para analizar el proyecto de salida del corralito que anoche le alcanzó el ministro Lavagna. Y pasado mañana serán los gobernadores quienes den su veredicto en la cumbre de La Pampa. Si bien el Gobierno presentará el plan como una vía para reactivar la economía, tanto en los bancos como en las empresas dudan de la efectividad de la medida. Pero Lavagna podrá decir que resolvió por algún tiempo uno de los problemas más graves que recibió como herencia.
En el proyecto se estipula que los depósitos reprogramados servirán para adquirir viviendas nuevas en construcción, autos cero kilómetro y acciones de empresas con cotización en la Bolsa. Esta estrategia, tendiente a reavivar la economía, generó una dura pelea entre Economía y el Banco Central, ya que Mario Blejer prefería un Plan Bonex que congelara los ahorros por una década.
Sin embargo, la iniciativa tendrá diferencias respecto del primer borrador ideado por los técnicos del Palacio de Hacienda. La idea es ponerle límite a las compras de bienes y, además, que sólo una parte de la adquisición se realice con certificados de los depósitos. El decreto lo menciona así: “que la desprogramación (de los ahorros bancarios) se efectúe en condiciones de permanencia que no importen la disponibilidad inmediata de fondos en cuentas a la vista”. La inclusión de este punto aparece como un guiño hacia Blejer, quien teme que la Argentina se encamine hacia la hiperinflación en caso de que aumente la fuga de depósitos que ahora se encuentran reprogramados.
Fuentes de terminales automotrices revelaron a Página/12 que aún no quedó definido el sistema para comprar vehículos bajo el nuevo plan. Y presentaron dudas sobre su futuro éxito. “Nosotros tomaríamos los nuevos bonos a valor de mercado. Es decir, por debajo a su valor nominal”, señaló el ejecutivo de la compañía a este diario. Esto significa que a un ahorrista con 10 mil pesos acorralados en el banco se le efectuará una quita cuando vaya a adquirir el bien.
En los bancos tampoco había optimismo. Los financistas reconocían que la intención de Lavagna era positiva porque intentaba despejar la polémica en torno del corralito. Pero su éxito quedaba atado a la voluntad de los empresarios de tomar los nuevos certificados. Los banqueros ya anticiparon que sólo aceptarán los títulos como forma de cancelar un depósito, pero hasta ahora se vienen resistiendo a que sirvan como medio para cancelar pasivos.
Los banqueros coinciden con la postura de Blejer. “Con el descongelamiento de los depósitos se estaría en la disyuntiva de perder reservas o dejar subir la cotización del dólar”, apuntó un financista a Página/12. Este es el concepto que le transmitió Blejer a Duhalde en un informe de cuatro páginas que dejó sobre el escritorio del jefe de Estado. No obstante, el titular del BCRA le dijo a sus íntimos que aun cuando prefería un Plan Bonex compulsivo, prefería que cuanto antes se lanzara el nuevo plan para el corralito. “Si no se hace nada, habrá una crisis total en el sistema financiero en 15 ó 20 días”, advirtió el banquero a un colaborador suyo poco antes de tomar el avión a Estados Unidos. Se refería a la alternativa que tendrán los ahorristas de suscribir bonos en dólares en vez de optar por sacar el dinero de los bancos.
Los últimos datos informados por los bancos dan cuenta de la gravedad de la situación. En lo que va de mayo se fugaron 2079 millones de pesos, totalizando 15.800 millones desde principios de año. En este contexto, el Central vendió 703 millones de dólares en las primeras tres semanas de mayo para calmar al dólar. Ayer no fue la excepción: colocó 60 millones para lograr que la divisa cierre estable, a 3,40 pesos en el mercado “oficial”. En la semana, la venta del BCRA alcanzó a 243 millones según fuentes de la propia entidad. Consultores de la city creen que ese volumen habría superado los 300 millones. “Estamos en medio de una dinámicaexplosiva. Debe regenerarse la confianza para revertir la situación. De lo contrario habrá más bancos con problemas”, advirtió Fabio Rodríguez, especialista de la Fundación Capital, en diálogo con este diario.
La jugada de Lavagna buscando la reactivación es atendible. Según un prestigioso consultor de la city, la economía estaría cayendo a un ritmo del 18 por ciento anual. Un desbarrancamiento peor al del primer trimestre, cuando el PBI cayó al 15 por ciento anual.
Para los expertos consultados por este diario, consultores económicos de bancos y empresas, en las próximas semanas la suerte de la Argentina no se jugará con lo que pase con el corralito sino por lo que acontezca en el ámbito político. Para ellos, la clave será el respaldo político que los gobernadores le otorguen a Duhalde en la cumbre del lunes. En el microcentro, incluso, tienen la sospecha que el tema de los amparos judiciales podría reabrirse en caso de que el Gobierno siga debilitándose.