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Tres opiniones (y tres cálculos) sobre inflación

ROBERTO DVOSKIN*.
Es enero

“En un mes tradicionalmente inflacionario como enero, yo diría que un éxito de los acuerdos de precios sería repetir el índice de diciembre, con 1 o 1,1 por ciento. El Gobierno está perfeccionando los acuerdos después de los fracasos de mediados del año pasado: ahora usa un sistema en el cual o acordás o tenés castigos, o por lo menos dejás de tener premios, lo cual es mucho mejor que el voluntarismo de antes. Es muy difícil supervisar la cadena de comercialización sin un control de precios más estricto como los que hicieron Sourrouille o Cavallo. El problema es que en el mundo empresarial los controles de precios siguen siendo una mala palabra, y no sin algo de razón por las experiencias que vivimos. Igual la cadena de comercialización está en una situación muy distinta a la de 1991, porque en ese momento tenía un margen importante que contenía expectativas inflacionarias y ahora trasladó sólo una parte de la inflación mayorista y quiere recuperar el margen perdido. Además el Estado se quedó sin instrumentos para hacer un seguimiento detallado, porque no tiene ni la gente ni los instrumentos legales que tenía antes en la Ley de Abastecimiento. Lo que están haciendo por ahora los acuerdos es simplemente amortiguar expectativas inflacionarias. Una inflación del 10 o 12 por ciento anual no es algo para nada dramático. No habría que usar herramientas ortodoxas en lo monetario, pero tampoco seguir subiendo el dólar.”


* Universidad de San Andrés.

MIGUEL BEIN*.
En general, bien

“Mi expectativa de inflación para enero es 1,5 por ciento, con un impacto del turismo de alrededor del 0,6. Obviamente no es un buen número, sería mejor 1,1 o 1,2, pero 1,5 es la inflación que hubo en enero del año pasado, y que se repitiera eso mostraría cierta estabilidad. Si el Gobierno puede mantener la inflación del año pasado será todo un éxito, porque lo que se venía era una clara aceleración. O sea que lo que no es turismo, lo que no es estacional, tiene un comportamiento razonable por los acuerdos. Si no hubiera sido por los acuerdos la inflación habría dado medio punto más, en enero y en diciembre también. Los acuerdos están generando un efecto moderador de alrededor de medio punto por mes, que no es poco. Los acuerdos sirven para estabilizar, no van a frenar la inflación. Deberían ser el complemento de la política antiinflacionaria, porque el ancla verdadera es la política fiscal. La Argentina tiene de arranque una inflación propia del 8-9 por ciento anual para los próximos años, que tiene que ver con la recuperación de los precios que no se ajustaron, como los servicios y fundamentalmente el salario. El Gobierno sabe que ése es el precio de mantener un dólar alto, pero yo estoy de acuerdo con que lo haga. Ese piso no debería preocuparnos porque es pura recuperación. Yo estimo un 11,8 por ciento de inflación de punta a punta de 2006. Creo que en febrero va a ser más baja, del 0,9, y después en marzo un 1 o 1,1, también por la estacionalidad.”


* Ex secretario de Programación Económica.

ORLANDO FERRERES*.
Las causas

“En enero la inflación fue cercana al 1,5 por ciento, pero antes de los acuerdos de precios había un pronóstico más alto, del 1,7 o 1,8, así que por lo menos se morigeraron las expectativas. Igual, los acuerdos de precios nunca pudieron evitar la inflación; pudieron morigerarla en el corto plazo pero no eliminarla porque no actúan sobre las causas. Está bien que los acuerdos sean a un año porque cuando uno acepta un pacto por dos meses toda la gente empieza a pensar en el día 61. Lo que tiene que tener claro el Gobierno es que si se pudiera sostener un precio sin variaciones por un año estaríamos en un país ordenado en el que sabríamos todo lo que va a pasar con los costos, y eso evidentemente no es así. Hay muchos precios que todavía están lejos del nivel de equilibrio, que se van ajustando en la medida que el Gobierno los autoriza o que crece la demanda. El salario por ejemplo está muy atrasado y se va a ir recuperando. Pero además el salario tiene mucho que ver con la productividad y hay que ver que las máquinas que se incorporaron en los últimos dos años son muy de momentos de crisis, es capital que ya no se usa en el resto del mundo y eso resta productividad. En el año 2005 crecimos un 9,2 por ciento con una inflación del 12,3. Para todo 2006 nosotros esperamos un crecimiento del 8 por ciento con una inflación del 13.”


* Consultora Ferreres y asociados.

Producción: Alejandro Bercovich.

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