La posibilidad de un encuentro entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez parece que será el centro de todas las miradas durante la cumbre de la Unión Europea y América latina, que arranca el jueves en Viena. Ayer, en Cancillería especulaban con que los mandatarios podrían coincidir en algunas de las mesas que habrá en el encuentro, con lo cual todavía quedan chances de que ambos crucen alguna palabra. Al respecto, el canciller Jorge Taiana fue claro. “No está prevista una reunión con Tabaré, pero lo consideraremos”, deslizó. En cambio, quien sí tiene la suerte asegurada de tener cita con ambos –en forma separada, claro– es el secretario general de la ONU, Kofi Annan. La reunión trascendió durante el fin de semana y, si bien desde el Gobierno insisten en negar cualquier mediación por temor a cómo podría llegar a repercutir en la presentación ante La Haya, el vocero del funcionario, Ari Gaitanis, ratificó que el tema de las papeleras estará presente, por lo menos en la entrevista con Tabaré Vázquez.

“La reunión la pidió Annan y van a hablar de las plantas de celulosa”, aseguró el portavoz del jefe de las Naciones Unidas sobre la reunión que mantendrá con Tabaré. Por el contrario, al ser consultado sobre el encuentro con Kirchner, el funcionario descartó cualquier posibilidad de que el tema se cuele en la agenda y sólo se limitó a agregar que ambos dialogarán sobre “temas latinoamericanos”. En la Cancillería argentina tampoco dieron mayores definiciones. En realidad, lo que temen en el Gobierno es que una posible intervención de Annan perjudique la demanda judicial ante La Haya, al mismo tiempo que le daría argumentos al gobierno de Tabaré en su intención por involucrar a otros actores e instalar el tema en una instancia política por fuera de Argentina y Uruguay. “Annan pidió una entrevista con todos los presidentes que asisten a la cumbre, ¿qué tiene eso de gesto político? Nosotros intentamos todas las vías de negociación con Uruguay, pero no tuvimos respuesta. Ahora, lo único que queda es La Haya”, razonó con este diario una fuente de Cancillería.

La declaración da algún indicio sobre el clima que se vive por estas horas en el Palacio San Martín y sobre cómo ven en el Gobierno el futuro del conflicto por las papeleras. Todo hace indicar que el camino para retomar las negociaciones con Uruguay todavía aparece ríspido. Sin embargo, Taiana ayer no descartó la posibilidad de que ambos mandatarios se reúnan en Viena. “No está prevista una reunión con Tabaré, pero lo consideraremos, debido a que en la cumbre está prevista la presencia del presidente de Uruguay”, aseguró tras defender la vía judicial. “Cuando no se logra poner de acuerdo con el vecino, quizá la mejor forma es recurrir al juez”, dijo el canciller, que acompañará a Kirchner a Austria. Entre las actividades que tiene previstas, Taiana tendrá una cita con el comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson. El dato no es menor: semanas atrás, Mandelson amenazó con que el conflicto por las papeleras ponía en peligro las inversiones de la Unión Europea en la región.

Con todo, el pronóstico sobre cómo podría llegar a incidir el viaje de Tabaré y Kirchner en el futuro del diferendo todavía es incierto. Vázquez incluso adelantó su partida y no asistirá a los debates subregionales del sábado, lo cual reduce las chances del tan esperado encuentro. Lo que sí es seguro es que el mandatario aprovechará la cercanía con algunos de los principales líderes de la Unión Europea para llevar la cuestión y despejar las dudas que abrió el conflicto sobre la seguridad que Uruguay puede ofrecer a las inversiones extranjeras. La agenda incluirá así una reunión con la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, y el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en cuyo país está Ence, una de las pasteras. En este sentido, Zapatero también tendría previsto un encuentro con Kirchner, quien, por su parte, completará su ofensiva con un discurso ante el plenario de la cumbre. Allí, como presidente pro témpore del Mercosur, el mandatario aprovechará para darle a la defensa del medio ambiente un lugar central, marcando la necesidad de que las inversiones destinadas a los países periféricos sean “no contaminantes”.

Informe: Carolina Keve.