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La Conferencia Episcopal Argentina desmintió ayer declaraciones del cardenal Raúl Primatesta, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que habían sido difundidas el miércoles por su secretario privado, el laico Guillermo García Caliendo, y según las cuales el arzobispo emérito de Córdoba aludió –entre otras cosas– a “una desordenada política social que manipula todo” a partir de la cual “sobreviene violencia y represión”. Ayer el Episcopado afirmó que Primatesta “se ha comunicado con el secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina (obispo Guillermo Rodríguez Melgarejo) desmintiendo haber realizado la declaración que difundieron agencias noticiosas y, hoy (por ayer), reprodujeron algunos medios”.
Mientras García Caliendo informó que el arzobispo emérito cordobés hizo las declaraciones que se publicaron en “una reunión donde participó el Secretario García Caliendo y laicos de la diócesis de Rosario”, el comunicado del Episcopado sostiene que “en la víspera el Cardenal Raúl Primatesta estuvo reunido previamente, de 10 a 13, en su domicilio, con un sacerdote y dos laicos, desconociendo por lo tanto los hechos que acaecían en Buenos Aires”.
“El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social adhiere plenamente al comunicado emitido en la víspera por la mesa coordinadora del Diálogo Argentino respecto de los dolorosos acontecimientos, y lamenta la difusión de noticias sin previa confirmación de la fuente”, agrega el comunicado distribuido ayer por la Conferencia Episcopal. Página/12 fue uno de los medios que publicó la información de las declaraciones de Primatesta, apoyado en un texto con membrete de la “Casa Social San José Obrero” y con firma de Guillermo García Caliendo, que es copia de una carta dirigida “ante los hechos del día de la fecha al Sr. Dirigente Néstor Pitrola” y que fue enviada a este medio después de una comunicación telefónica para adelantar el contenido de la información.
Artemio Staffolani, obispo de Río Cuarto y uno de los representantes de la Iglesia Católica en la Mesa del Diálogo Argentino, dijo que “los argentinos tenemos que entender que no nos podemos destruir” porque “de seguir así la Argentina va en picada hacia el abismo”. Para el obispo cordobés en el país “hay una confusión muy grande” y sostuvo que hechos como los sucedidos el miércoles ocurren “cuando el odio, el rencor, el hambre y los problemas de la gente no se solucionan”. Staffolani pidió también que se tomen medidas “urgentes”, hizo un llamado a “profundizar el diálogo social” y manifestó su deseo de que “todos renunciemos a algo, porque si cada uno defiende su quinta no salimos para ningún lado”.
También el obispo de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia, deploró los hechos de violencia ocurridos en su diócesis y sostuvo que “la profunda crisis que atraviesa el país y la escalada de violencia que se ha sumado a ella, costándole la vida a dos personas y heridas a otra veintena, trae un nuevo motivo de preocupación e incita a buscar con creatividad y esperanza los caminos para una pronta solución de los problemas de gran parte de nuestro pueblo”. El obispo de Avellaneda subrayó que “la vida en sociedad se basa en el diálogo permanente y excluye toda forma de violencia física y moral” y agregó que “deben morir las concepciones sociales corruptas de la vida política, económica, social y cultural, que traen como nefasta consecuencia hechos como los sufridos ayer”.