Sábado, 1 de julio de 2006 | Hoy
EL PAíS › LAVAGNA, CON CRITICAS AL GOBIERNO Y ELOGIOS A PERON
Por Diego Schurman
Poco menos de una hora después del fallido penal de Esteban Cambiasso, el comunicado de Roberto Lavagna comenzó a circular por las redacciones. Y en eso habrá que darle la derecha al ex ministro, quien había prometido volver a la carga recién cuando el Mundial de Fútbol fuera tiempo pasado para la Argentina. Lo curioso, por decirlo de alguna manera, es el contenido, ya que no se trata de una evaluación sobre los índices de precios o la curva de inflación, sino de un llamado a “honrar el ejemplo” de Perón, al recordar el 32º aniversario de su fallecimiento. Al comunicado se agregaron declaraciones periodísticas con críticas directas a Néstor y Cristina Kirchner.
Lavagna se asume peronista. Pero en su derrotero por distintos gobiernos, entre ellos el del radical Raúl Alfonsín, ha priorizado la explotación de su perfil técnico. Por eso el comunicado de ayer con elogios a Perón no hace más que regalar argumentos a los que dan por hecha la candidatura presidencial del ex ministro.
“Por su memoria, por los sueños de ese hombre que ya no tiene partido y forma parte de la historia de todos los argentinos, comprometámonos a honrarlo con el ejemplo. Seamos más humildes, aprendamos a escuchar y trabajemos sin rencores por la grandeza de la Patria”, afirmó.
Lavagna augura reunir detrás de su ambicioso proyecto a los peronistas no alineados con Kirchner. Considera que podrían aportarle estructura y despliegue territorial. Por ahora cuenta con el guiño del duhaldismo residual, como se denomina al cuarteto integrante de El General: Juan José Alvarez, Francisco De Narváez, Eduardo Camaño y Jorge Sarghini.
Las alusiones a Perón y el intento de seducir al peronismo en cada uno de los distritos donde hay contrapuntos con el kirchnerismo puso el alerta rojo en la Casa Rosada. Lavagna no ofrece tantos flancos como los militares con pasados oscuros o los sindicalistas con prontuario. Ni siquiera con la política de los ’90, ya que el ex ministro no fue parte de la era menemista.
Lo cierto es que por ahora el principal sostén de su aspiración es la UCR. El radicalismo hasta ha llegado a debatir formalmente sobre la candidatura de Lavagna cuando éste ni siquiera se ha pronunciado públicamente sobre el tema. En el comunicado de ayer, el ex ministro de Economía no se olvidó de mencionar al partido centenario.
“Perón –dice el texto– formó un frente nacional que confrontó exitosamente contra la dictadura, pidió la pacificación nacional brindando su propio ejemplo y se abrazó con el líder de los herederos de Yrigoyen, Ricardo Balbín. Por eso desplazó a los violentos que se decían peronistas pero combatían contra su liderazgo y empañaban sus aspiraciones de paz.”
Lavagna es un economista heterodoxo, experto en comercio internacional, pero sobre todo un técnico que ha sabido trabajar, durante el tercer gobierno peronista, como director de Precios con el ministro José Ber Gelbard. En el ’86, con Alfonsín, fue secretario de Industria y Comercio. Y Fernando de la Rúa lo nombró embajador ante la Unión Europea y la Organización Mundial de Comercio. Lavagna había trabajado para los equipos técnicos de la Alianza.
De todos modos, de su extenso currículum, recientemente el kirch-
nerismo se acordó de un ítem en particular: su paso por Harvard. Fue nada menos que Alicia Kirchner, la hermana del presidente, quien dijo que el país no necesita a nadie salido de esa universidad de Boston porque suele confundir la “inversión social” con “gasto público”.
La crítica emergió durante un acto de la militancia K que se pareció, y mucho, a un acto de campaña electoral. Los dardos sobre el ex ministro también salieron de la boca del secretario de Legal y Técnica de la Nación, Carlos Zannini, y el ministro de Planificación, Julio De Vido.
Con el comunicado, Lavagna no fue tan directo como a través de un reportaje a la revista Para Ti. Allí, otra vez, hace alarde de una candidatura que aún no es. “Si las encuestas que publica el Gobierno son ciertas, tengo menos votos que mi gato. Entonces, ¿por qué se agita?”, se preguntó, aunque paso seguido supeditó su lanzamiento a “una demanda social”.
Hubo otra mojada de orejas a Kirchner cuando habló sobre la paternidad del modelo económico. “Comenzó en el 2002, 10 meses antes de que él asumiera”, dijo haciendo alarde de su propia condición de “líder”. En ese sentido, se mostró a gusto con el debate que radicales y peronistas realizan en torno de su figura y lo contrapuso con la actitud de Kirchner que “fagocita y compra figuras sueltas que no le sirven a nadie”.
Como si en esa crítica al Gobierno no hubiese sido claro, la personalizó luego en la primera dama Cristina Kirchner. “No elegiría como esposa a una mujer como Cristina. Cada cual elige lo que le conviene. Estoy muy bien donde estoy.” Por si no quedó claro, Lavagna vuelve a la carga.
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