EL PAíS › OPINION
Dignidad en medio de la desesperación
Por Coordinadora
Aníbal Verón *
En nuestros barrios y en gran parte del país se vive una realidad de miseria y opresión. Desde nuestros movimientos sembramos valores de dignidad en medio de esta situación desesperante. Como comprende cualquier ciudadano que padece estos males o logra ponerse en nuestro lugar, la dignidad en medio de la injusticia florece en luchas y rebeldía. Nuestras demandas para la jornada en que fusilaron a Darío y Maxi eran: por trabajos dignos y aumentos en los miserables subsidios de empleo, entrega de alimentos, mejoras en el sistema de salud y educación, la libertad de los presos por luchar y en contra de la escalada represiva, y en solidaridad con los obreros de Zanon ante las amenazas de desalojo de la fábrica tomada. No pueden acusarnos de violentos por no resignarnos a vivir –o mejor dicho ir muriendo– en la miseria. No van a impedir, ni siquiera a tiros, que luchemos contra la miseria y la opresión.
El miércoles pasado no hubo sólo una represión criminal contra piqueteros: hubo un completo montaje político-represivo, que en base a mentiras descaradas y fusilamientos por la espalda de jóvenes, intentó dejar un clima social enrarecido sobre el que montar la justificación para RETOMAR LOS METODOS DEL TERRORISMO DE ESTADO EN EL PAIS.
En sus declaraciones, el canciller Ruckauf, el secretario de Seguridad Juan José Alvarez, el ministro del Interior Jorge Matzkin y el gobernador de Buenos Aires Felipe Solá comparten la responsabilidad criminal por los asesinatos de Darío y Maxi, llevados a cabo por una coordinada represión que sólo se explica en el contexto del aval político y búsqueda de justificación social que constituyen las declaraciones recién mencionadas. Como contraparte de tanta mentira, cualquier cronista o ciudadano que se acerque a nuestros barrios se encontrará con una intensa labor comunitaria: guarderías, comedores, centros de panificación, talleres de trabajo y capacitación de oficios. Se toparán con asambleas democráticas cada semana, con talleres de formación y de educación popular... En esto estaban Maxi, en el MTD de Guernica, y Darío, en el Barrio La Fe del MTD de Lanús. Y quien quiera conocer a nuestros “piqueteros”, que con orgullo nos vemos reflejados en la militancia de Darío, no tiene más que conocer su corta pero inmensa vida, parecida a la de tantos otros compañeros que, como decimos al principio, en medio de la miseria y la opresión sembramos dignidad y rebeldía. En una sociedad alienada e indiferente, Darío se engrandece por su heroísmo, sencillo y extraordinario a la vez: el compromiso con el trabajo y el estudio cotidianos, la capacidad de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte, la indignación y la combatividad ante la represión, y la inmensurable solidaridad, la más pura, esa que es entrega hasta de la propia vida por los demás; ahí lo vimos, después de enfrentarse con la policía al inicio de la represión, socorriendo a compañeros baleados en la primera línea de fuego, alertando a sus compañeros del barrio para que se retiraran, y negándose a abandonar el cuerpo de otro piquetero caído, sabiendo que estaban matando. Negándose a aceptar la muerte como respuesta, la de Maxi que no conocía, defendiendo la vida, con la esperanza de salvarlo, ofreciendo la suya a cambio. Estos son los valores que expresa esta juventud piquetera que se forma en nuestros movimientos. Ahí, quién lo duda, están las reservas de capacidad y dignidad para avanzar en el profundo cambio social que, con ejemplos como el de Darío, ya estamos conquistando.
La estrategia del bloque de poder para justificar el retorno del TERRORISMO DE ESTADO que señalamos, sólo se detiene CON EL MASIVO Y CONTUNDENTE RECHAZO DE TODA LA SOCIEDAD. El 19 y 20 de diciembre aprendimos que con la reacción firme y solidaria de todos los sectores populares no hay Estado de Sitio que logre consolidarse, y que quienes impulsan estas salidas autoritarias se ven repudiados por la sociedad. No pedimos que se solidaricen con los piqueteros, sino que reaccionemos todos en defensa de la libertad de todos. Tampoco sirve ahora dividirnos entre hermanos de este pueblo mirando quién es más timorato o quién más decididoa la hora de enfrentar las injusticias. Recordemos el poema de Bertolt Brecht, y comprendamos que si primero vienen por los piqueteros y no nos importa, después vendrán por cada uno de nosotros, y finalmente por los indiferentes.
Por eso mañana, 3 de julio, nos vamos a encontrar en la movilización en la Plaza de Mayo y en todas las Plazas del País, pacíficamente y hermanados todos los sectores de nuestro pueblo, en el repudio contundente al HAMBRE y la REPRESION. El compromiso de cada hombre y mujer de nuestro pueblo, de cada ciudadano honesto, es el mejor homenaje que podemos brindarles a Maxi y Darío, los mejores pibes de esta nueva generación que, como el 20 de diciembre, viene regando con sangre solidaria las calles y las rutas de nuestra Patria.
¡Compañeros Maxi y Darío, PRESENTES! ¡¡¡Hasta la victoria, siempre!!!
Por trabajo, dignidad y un cambio social!
¡Contra el terrorismo de Estado!
* Declaración de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón sobre los trágicos sucesos en torno a los jóvenes piqueteros en la represión del puente Pueyrredón.