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Una semana atrás, la Bonaerense asesinó a dos piqueteros, diluyó el único logro en el Gobierno y casi lo obligó a anticipar las elecciones. Apenas siete días después, Eduardo Duhalde parece haber superado el mal trance, al menos por lo que expresa en público. Convencido de que le quedan pocos días en la Rosada, el Presidente juega sus últimas cartas en lo que es, ahora, su única obsesión: asegurar que su sucesor sea el “adecuado”. Y el heredero apropiado, claro, ya tiene nombre: Carlos Reutemann. Con ese objetivo, Duhalde se reunirá hoy, en la localidad de Monte Maíz, con el gobernador José Manuel de la Sota, con quien discutirá la forma de “construir un polo de poder detrás de la candidatura del Lole”.
Además de preocuparse por las indecisiones de Reutemann, Duhalde criticó –sin nombrarlos– a Elisa Carrió y Luis Zamora, que se manifestaron en contra de la convocatoria anticipada a elecciones y no descartan impulsar la abstención electoral. “Algunos estaban reclamando elecciones y ahora tienen que organizarse. Es más fácil reclamar que hacer frente a las cosas”, dijo ayer el jefe de Estado durante su habitual programa de radio de los sábados. “No me equivoqué al tomar esta decisión”, agregó luego, para defender su llamada a las urnas, en diciembre para las internas, y en marzo para las generales.
También se refirió al pedido de que adelanten las elecciones presidenciales, hasta ahora previstas para el 30 de marzo próximo. “Hemos fijado un plazo electoral que es el más corto posible por la ley de partidos políticos y no hay posibilidades de acortar más”, argumentó Duhalde. Y aprovechó para cargar nuevamente contra los “partidos políticos que primero reclaman elecciones y ahora que ven las urnas se asustan”, una referencia implícita para el ARI que lidera Carrió.
Más tarde, ya en la quinta de Olivos, opinó sobre el reclamo –que comparten varios precandidatos– de que se vote no sólo a presidente y vice, sino también a legisladores, gobernadores e intendentes. Al respecto, aseguró que su “gusto es que se renueven todos los mandatos, pero que ese “gusto” debe corresponderse con la letra de la Constitución. En concreto, remarcó que no se puede “violar la Constitución en temas tan claros como es cuánto duran los mandatos”. “Se podría renovar todo pero habría que tomar la decisión rápidamente y modificar solamente un artículo de la Constitución”, dijo Duhalde, quien ayer participó, en Olivos, del acto de conmemoración del Día Internacional de la Cooperación (ver foto).
Al respecto, el jefe de Estado anunció que el gobierno elevó al Congreso un proyecto que crea un Fondo para el “proceso de creación de cooperativas”.
Después de la conferencia de prensa, el Presidente se preparó para el viaje a Córdoba, donde hoy se reunirá con De la Sota con la excusa formal del “aniversario del pueblo Monte Maíz”. Aunque ayer dijo que será “neutral” en las internas del PJ, la verdad es que el viaje de Duhalde tiene un claro objetivo: hacer despegar, de una vez, la candidatura presidencial de Reutemann. A ese fin dedicará la jornada de hoy, y mañana continuará con las gestiones. Su anfitrión, mientras tanto, ya explicitó su respaldo al ex piloto de Fórmula Uno. “No es tiempo de vanidades, ni de egoísmos, ni de ambiciones desmedidas. Por eso decidí llamarlo y decirle que si él (por Reutemann) se decide a participar, puede contar conmigo”, destacó, el viernes, De la Sota.
La agenda de Duhalde se completará en Tucumán, el próximo martes, 9 de julio, una fecha patria que, para su gestión, se ha convertido en simbólica: varias veces, el Presidente prometió que para esa fecha comenzaría el “final de la recesión”. Con el paso del tiempo, fue moderando su pronóstico. Y finalmente, ayer, se limitó a decir que “lo peor de la crisis ya pasó”, poniendo como ejemplo la baja del dólar y el superávit fiscal. El 9 de Julio, entonces, Duhalde encabezará en Tucumán el acto por el 186 aniversario de la Independencia. Estaba previsto un “desfile cívico-militar”, pero se suspendió por el temor a eventualesprotestas callejeras. También parece estar suspendido, en los hechos, el augurio que prometía una lenta reactivación a partir de esa fecha.