Jorge “El Tigre” Acosta y Jorge Rádice, los temibles represores de la ESMA, continuarán detenidos en cárceles militares. Respaldando un fallo de primera instancia del juez federal Sergio Torres, la Cámara Federal porteña resolvió ayer que los marinos cumplan su arresto en unidades pertenecientes a las Fuerzas Armadas pero custodiados por personal del Servicio Penitenciario Federal.

En su apelación, el fiscal Félix Croux había reclamado que los procesados por la causa de la ESMA fueran enviados a unidades carcelarias comunes. Los defensores de los marinos, por su parte, habían intentado no sólo mantener a los represores en prisiones militares, sino que incluso cuestionaron que fueran custodiados por personal del Servicio Penitenciario. Pretendían que ese papel lo cumplieran uniformados.

La Sala II de la Cámara consideró acertada la decisión de Torres porque evaluó que es el Servicio Penitenciario Federal, como órgano del Ministerio de Justicia, “la fuerza de seguridad que tiene a su cargo los institutos y servicios destinados a la custodia de los procesados y condenados”. El Tribunal consideró que los miembros del Servicio Penitenciario están “debidamente seleccionados, capacitados y especializados” para cumplir con la misión de custodiar a los detenidos.

Los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Luraschi rechazaron que esa tarea pudiera ser cumplida por personal dependiente de las Fuerzas Armadas. Los camaristas afirmaron que esa opción “significa una improcedente asignación de tareas, toda vez que éstas no forman parte del sistema de seguridad”.

Los tres camaristas recordaron que la función de las Fuerzas Armadas, de acuerdo con la Ley de Defensa Nacional, “se circunscribe a la necesidad de un enfrentamiento producto de agresiones de origen externo”. Los jueces subrayaron que los “detenidos por la presunta comisión de delitos contra la humanidad”, al margen del sitio en el que tengan que cumplir su prisión preventiva, tendrán que someterse “al régimen y custodia” del personal penitenciario.