EL PAíS › COMO PREPARAN SUS ESTRATEGIAS LOS DISTINTOS CANDIDATOS DEL JUSTICIALISMO
Gatos que no se reproducen en la bolsa
La disputa entre Menem y Duhalde atraviesa toda la interna del PJ. No obstante, los candidatos mueven sus mesas de arena antes de tomar definiciones de fondo. Algunos evalúan ir por afuera, otros quizá ni siquiera compitan. Sólo el riojano se ha lanzado con más voluntad que apoyo. Cómo acumulan. Dónde desembarcaron.
Por Martín Piqué
“Somos como los gatos: no nos peleamos, nos reproducimos”, gustaba citar a Perón Carlos Corach sobre las disputas internas del peronismo. Con esa frase intentaba probar que los peronistas pueden pelearse, pero que en los momentos clave, cuando llegan las elecciones, archivan sus diferencias y se encolumnan detrás de un proyecto de poder. La expresión fue perdiendo sentido con los años, a medida que se agudizaba el conflicto entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem, nunca resuelto y que retorna otra vez, nuevamente en tiempo electoral. Ya no se trata de peleas inocuas, sino de una batalla a todo o nada, con cuatro candidatos anotados, otros que aguardan en un segundo plano. Y un enfrentamiento con final imprevisible, que se resume en dos textuales: “Que Duhalde se preocupe menos por la interna y atienda los problemas de la sociedad argentina”, dijo ayer el senador Eduardo Menem. “El peronismo piensa que si Menem gana la interna va a llevar el partido a la derrota”, advirtió un diputado muy cercano a Duhalde.
El escenario está planteado. Las internas del PJ están previstas para el 24 de noviembre. Se harán en simultáneo con las de los demás partidos, y definirán el nombre de uno de los candidatos que peleará la presidencia con chances reales de llegar a la Rosada. Adolfo Rodríguez Saá, Néstor Kirchner y Juan Carlos Romero, además del riojano que lanzó ayer su candidatura en Pilar (ver página 3), se preparan para competir. El cordobés José Manuel de la Sota analiza si presentarse o no, con el respaldo disimulado de Duhalde y la intención de ocupar el espacio que dejó vacante Carlos Reutemann. A último momento se sumó Mauricio Macri, quien quisiera captar al electorado afín al santafesino.
El Adolfo
Está confiado. Y se le nota. El ex gobernador de San Luis fue el primer precandidato que se largó a recorrer el país. Como cuenta con fondos suficientes, está invirtiendo por todos lados. Viene realizando actos en distintos lugares, y ya se metió en los distritos de sus rivales: Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe. Su apuesta es a captar a los cuadros medios. La semana pasada estuvo en La Matanza, uno de los municipios más poblados del país. Sus asesores dicen que está negociando con el intendente Alberto Balestrini, a quien intentaría sumar. Otro que está cerca es Aldo Rico. Desde el PJ bonaerense, sin embargo, niegan todo y lo adjudican a su fantasía. Los que ya habrían dado el sí son Hugo Moyano, Luis D’Elía y Luis Farinello, quienes le aportarán fiscales para el escrutinio.
El menemismo
Menos de un año después de aquel polémico fallo de la Corte Suprema que le permitió salir de la quinta-prisión de Armando Gostanian, Menem lanzó ayer su candidatura. Lo hizo en la provincia de Buenos Aires, para desafiar a Duhalde, su enemigo de siempre. Sabe que esa provincia –es decir, el PJ bonaerense– podría arruinar su objetivo, pero sigue haciendo proselitismo como si no le preocupara nada. Aunque tenga que rodearse de un gigantesco operativo de seguridad para prevenir enfrentamientos con el duhaldismo, o molestos escraches de asambleístas y caceroleros. Pese a todo, Menem sigue con lo suyo, sin pensar demasiado en los demás gobernadores, confiando en su propio peso y en la influencia de los medios. Mientras tanto, su equipo de economistas prepara un plan que prevé una convertibilidad transitoria para, luego, dolarizar.
Soy cordobés
El cordobés siempre quiso ser Presidente. Su mejor oportunidad fue en diciembre, pero se le escurrió ante la picardía de Rodríguez Saá. Ahora es el candidato a reemplazar a Reutemann, pero con el costo de quedar asociado a Duhalde. Un flanco débil que sus enemigos empiezan a aprovechar. De la Sota también tiene varios puntos a favor: todavía no empezó a hacer campaña, y el duhaldismo está dispuesto a apoyarlo –confondos, estructura y entusiasmo– si empieza a despegar en las encuestas. Algo que todavía está por verse. Por lo pronto, Felipe Solá, con quien el sábado habló varias veces por teléfono, ya le habría prometido su apoyo. La cuestión se resolverá esta semana, cuando trate de instalarse a nivel nacional con la excusa de sus tres años de gestión en la provincia.
Viento del sur
Si quiere pelear dentro de la interna, el patagónico sabe que no le será fácil. Está enfrentado con Menem y con Duhalde, y sabe que eso influirá a la hora de contar los votos en la interna. Consciente de eso, reclama por la transparencia de los comicios, porque descuenta que los dos enemigos históricos se repartirán los espacios de poder en la Junta Electoral. Sabe que tiene buena imagen entre los sectores medios e independientes, y eso podría llevarlo a un acercamiento con Elisa Carrió. Sin embargo, existen pocas posibilidades de que eso se traduzca en una fórmula conjunta. “Kirchner quiere conducir él”, se escucha entre los “lilitos”, los voceros que acompañan a la líder del ARI.
El negociador
El gobernador de Salta, hasta ahora, pasó desapercibido. Claro, Reutemann se bajó de su candidatura y se inició la campaña mientras él se encontraba en España, donde le hicieron un escrache. Esta semana continuará su gira por Estados Unidos, donde se reunirá con el titular del BID, Enrique Iglesias, y algunos miembros del FMI. El jueves próximo, cuando regrese al país, Romero impulsará una reunión con los gobernadores de “lo que queda del Frente Federal”, como informó ayer a este diario uno de sus hombres de confianza. La apuesta del salteño es clara: acordar con los mandatarios de las provincias chicas para luego negociar con el resto de los candidatos. “Romero va a convocar a los cuatro candidatos del peronismo para que fijen las reglas de la interna”, dicen los suyos.
El empresario
Se decía que iba a competir por la Jefatura de Gobierno porteño. Y todavía se dice. Cerca de Duhalde durante mucho tiempo soñaron con una “triple entente” compuesta por Reutemann en la presidencia, Felipe Solá en la provincia y Mauricio Macri en la ciudad. El abandono del santafesino diluyó en buena medida esa idea, y el empresario no fue ajeno a la movida. Conoció por el propio Reutemann las razones de la renuncia, el martes pasado. Velozmente sus asesores lo convencieron de que tenía que reemplazarlo: “Mauricio va a las nacionales y por adentro del partido”, contó uno de sus allegados a Página/12. Por si acaso, Macri mantiene a dos equipos paralelos: uno lo prepara para disputar la presidencia, y el otro para competir en la ciudad.