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Un testigo que declaró ayer en el juicio oral que se sigue por el atentado a la AMIA, apuntó a desbaratar la versión del armador de autos Carlos Telleldín, uno de los principales acusados, sobre cómo y dónde se montó la Trafic que se usó como coche bomba.
Marcelo Fabián Jouce trabajaba como chapista en el taller de Ariel Nitzcaner, a quien “El Enano” recurría para doblar autos robados. Ayer aseguró que, en la cárcel, Telleldín les ofreció a él y a Nitzcaner un Renault 12 para que dijeran ante la Justicia que repararon una camioneta quemada. Ellos, en realidad, desde un principio afirmaron que arreglaron una camioneta robada al disc jockey Sarapura. Telleldín terminó abonando que esa carrocería, con el motor de la quemada, fue la que explotó en la AMIA. Sin embargo, el motor que describieron los talleristas –que era naftero– no coincidía con aquel –a gas– que fue el que apareció entre los escombros de la mutual judía.
La hipótesis de la fiscalía es que la camioneta que se usó para el atentado fue armada en otra parte, quizá en el taller de Guillermo Cotoras, y que Telleldín buscó ocultarlo de todas las maneras posibles.