Después de todo el fin de semana sin contactos y tras un día agitado con marchas, declaraciones y encuentros frustrados, el gobierno neuquino y los docentes en huelga desde hace 50 días se sentaron por primera vez “a dialogar”. Las delegaciones se encontraron en la sede de una iglesia evangélica bautista de la capital provincial, rodeada por “punteros” del oficialista Movimiento Popular Neuquino (MPN) y de los docentes que acampaban frente a la gobernación en medio de un clima de tensión. Por la tarde, Jorge Sobisch contestó “afirmativamente” a un amplio petitorio de demandas docentes, pero la negociación volvió a empantanarse en la discusión salarial, donde el gobernador no quiere dar marcha atrás en su propia propuesta. Al cierre de esta edición, las partes todavía intentaban arribar a un acuerdo.

La ATEN tuvo la iniciativa. Por la mañana, los maestros volvieron a movilizarse masivamente por la capital neuquina bajo una sola consigna para responderle al gobierno por la declaración de la “emergencia educativa” y el nombramiento de suplentes para reemplazar a los docentes en huelga. “¿Que suplente le vas a poner a Carlos (Fuentealba)?”, rezaban los carteles dirigidos al gobernador Jorge Sobisch y a la presidenta del Consejo Provincial de Educación, Mara Alvarez, a quienes interrogaban por el docente asesinado por la policía. También anunciaron que acudirán a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que el Estado provincial suspenda la contratación de suplentes, porque “viola el derecho a huelga”. Antes, los docentes habían redactado un petitorio de seis puntos que hicieron llegar al gobierno, junto con la sugerencia de comenzar una ronda de diálogo en la sede del obispado local –al que le propusieron que mediara en el conflicto– a partir de las cuatro de la tarde. La respuesta no llegó. Los docentes volvieron a insistir con otra convocatoria para las ocho de la noche, en la sede de la iglesia evangélica bautista.

Recién ahí llegó la respuesta oficial. La gobernación confirmó el encuentro a través de un comunicado que tituló “El gobierno de Sobisch dijo sí al gremio docente” y donde enumeraba los reclamos: “Pago inmediato de pensión completa a la docente Sandra Rodríguez, la viuda de Carlos Fuentealba; la agilización de esos trámites, ninguna sanción ni persecución a los huelguistas, y el 6 por ciento retroactivo a septiembre de 2006 para los docentes jubilados”.

Sin embargo, Sobisch respondió sólo con el decreto que firmó a fines de la semana pasada a las demandas salariales de los docentes, que ya habían sido rechazadas por ATEN. Los docentes reclaman una “recomposición salarial, manteniendo la escala por antigüedad, ubicación, zona y jerarquía” y el “pase progresivo a planta permanente de 1400 contratados y subsidiados, auxiliares y administrativos”.

El comienzo de la negociación tampoco estuvo exento de tensión. La delegación gubernamental arribó a la iglesia evangélica junto a unos “150 punteros del MPN, los mismos –según los docentes– que comandaron la apertura de colegios por la fuerza”. ATEN decidió entonces movilizar a unos 300 maestros de los que acampaban frente a la gobernación.

Mientras los dos grupos compartían la nerviosa vigilia frente a la sede religiosa, a la mesa se sentaron, por un lado, el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo, y representantes de las delegaciones de la capital neuquina, El Chañar, Centenario y de Junín y San Martín de los Andes. Del otro lado, la presidenta de la Comisión de Educación de la Legislatura provincial, la diputada Cristina Storioni, y las segundas y terceras líneas de los ministerios de Hacienda y Producción. El “punteo” de las seis demandas docentes fue rápido hasta el quinto punto, donde se plantean las mejoras salariales. Allí se trabó la negociación.