EL PAíS › A LA CRISIS FINANCIERA LA SIGUEN LOS SAQUEOS A SUPERMERCADOS

En la ruta del modelo argentino

Desocupados y “changadores” se lanzaron sobre comercios que venden alimentos. La falta de efectivo por el feriado bancario dejó a muchos habitantes de barrios marginales sin recursos. Enfrentamientos con la policía y más de 30 detenidos.

 Por Luis Bruschtein

En un estallido insólito para Uruguay, con una tradición política más ordenada que la argentina, las barriadas humildes de Montevideo fueron conmovidas ayer por enfrentamientos entre la policía y grupos de pobladores que intentaban saquear comercios para conseguir alimentos. Dieciséis pequeños supermercados fueron desvalijados y otros 14 pudieron evitarlo. Hubo enfrentamientos con la policía y más de 30 detenidos, en incidentes que continuaban entrada la noche. Mientras se producían los saqueos en los suburbios, miles de trabajadores marchaban por el centro de la ciudad convocados por la central PIT-CNT contra un plan de ajuste público que discute el gobierno. Este plan es exigido por el FMI para completar la entrega de tres mil millones de dólares que ya fue aprobada.
El ministro del Interior uruguayo, Guillermo Stirling, denunció que los saqueos no fueron espontáneos. “Es demasiada casualidad que llegaran todas las personas al mismo tiempo, muchos se llevaron perfumes y cosméticos, que no tienen nada que ver con el hambre.” El ministro sugirió la existencia de un complot similar al que denunció el ex presidente argentino Fernando de la Rúa. “Estamos frente a una organización muy bien planificada que quiere romper con la tradicional tolerancia y el respeto con que ha vivido el pueblo uruguayo”, afirmó.
Pero a la hora de encontrar responsables las cosas son más difíciles. El Frente Amplio, que cuenta con las simpatías de los sectores populares en Montevideo, es el más favorecido por las encuestas preelectorales y sería al que menos le convendría la interrupción del proceso institucional. Y los dos partidos tradicionales uruguayos, el Blanco y el Colorado, están actualmente en el gobierno. Los tres partidos emitieron declaraciones públicas donde aclaran que sostienen las instituciones democráticas. Este estallido social se produjo, además, luego de que el presidente Jorge Batlle removiera al ministro de Economía, Alberto Bension, y designara en su lugar al senador Alejandro Atchugarry, con lo cual aquietó las duras críticas a su política económica. Al finalizar el día, Batlle convocó a la plana mayor de su equipo económico: el ministro Atchugarry, el presidente del Banco Central, Julio de Brum, y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Ariel Davrieux. También participaban los principales dirigentes del Frente Amplio, Tabaré Vázquez; del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, y del Partido Blanco (Nacional), Luis Alberto Lacalle, con los que estuvo hasta altas horas de la noche para analizar la delicada situación socioeconómica.
Los uruguayos descreen de la idea del complot. El feriado bancario decretado este martes por el gobierno se prolongó hasta hoy, con lo cual no habrá bancos hasta el lunes, lo que generó inseguridad e inquietud sobre el futuro del país y secó la plaza de dinero. No se compra ni se paga más que lo estrictamente necesario. De esa manera los changarines y el sector informal de la economía dejaron de recibir dinero.
Al igual que en Argentina, los saqueos se extendieron a partir de una situación económica difícil, en especial para los sectores más humildes y los desocupados que, según las mediciones oficiales, abarcan al 15 por ciento de la población. Los saqueos se extendieron ayer, pero comenzaron el miércoles cuando varias decenas de personas irrumpieron en un supermercado del centro. Hubo enfrentamientos con las fuerzas policiales y ocho detenidos.
Cuando ya habían comenzado los enfrentamientos ayer, cerca de diez mil trabajadores convocados por la central obrera PIT-CNT se concentraron frente al Parlamento y marcharon dos kilómetros hacia la Presidencia. La manifestación fue contra el ajuste anunciado por el gobierno y para reclamar políticas de incentivo a la actividad industrial y al sector productivo. Los trabajadores piden además aumentos salariales porque señalan que en los últimos meses hubo 50 por ciento de inflación.
Ayer a la mañana el ejemplo se expandió como un reguero de pólvora. Comenzó con el saqueo de una carnicería en el barrio Cerro y en la primera hora de la tarde con otro en el Borro. Tras el saqueo del miércoles, elgobierno había desplegado las fuerzas policiales en distintas zonas de la capital uruguaya, lo que no impidió que a media tarde se produjeran saqueos también en Cementerio del Norte, Colón y Nuevo París.
Son todas barriadas muy humildes, de construcciones bajas y espaciadas, con mucho descampado. Los locales saqueados en esta oportunidad no fueron grandes supermercados, sino pequeños comercios, algunos de los cuales habían sido cerrados por sus dueños. Panaderías, pizzerías y almacenes fueron atacados por los asaltantes, la mayoría de ellos muchachos jóvenes con los rostros cubiertos con bufandas y pasamontañas que en esta época de frío son de uso común en Montevideo.
En el barrio Borro, los saqueadores intentaban romper las puertas del pequeño supermercado y en ese momento llegaron efectivos de la policía antimotines con cascos, escudos, chalecos antibalas y armas de fuego. El grupo cruzó entonces de vereda y trató de entrar a la carnicería, enfrentándose a pedradas y palazos con los policías. Tampoco pudieron ingresar allí y optaron entonces por una pizzería de la que salieron con bollos de masa bajo el brazo. “Con el pizzero está todo bien, siempre te da algo, pero a éstos de la carnicería siempre les venís a pedir y no te dan ni un hueso”, dijo uno de los muchachos a los periodistas. Una vecina que se protegía de la lluvia de piedras protestaba porque “decían que si robabas comida nadie iba a ir preso, pero hoy le dieron una paliza tremenda a una chica de catorce años; a veces agarran a los que no tienen nada que ver”. Otro muchacho afirmaba que “la gente está con hambre y quiere comer algo, no hay trabajo ni nada y entonces vienen a meterse acá como pueden; es lo que hay, es el trabajo de ellos”.
Los saqueadores lograron ingresar en 16 de los 30 comercios afectados, mientras que sus intentos resultaron frustrados en los otros 14. Como señaló el ministro Sterling, los saqueadores estaban organizados aunque eso no quiere decir que tuvieran intenciones políticas. Un pequeño grupo ingresaba al local como si se tratara de clientes y una vez adentro franqueaba la entrada a otro grupo más numeroso que aguardaba en las inmediaciones. La mayoría ya iba preparada con grandes bolsas de plástico, de las que se usan para los residuos en los consorcios, que llenaban de mercadería para luego fugarse a la carrera, sorteando a veces los bastones policiales, que debían soportar a su vez una lluvia de piedras y palos. A la noche ya había más de treinta detenidos, aunque fuentes policiales estimaban que en los incidentes no habían participado más de 300 personas. A altas horas de la noche seguían los enfrentamientos en el barrio Palomares de Casaval, al norte de Montevideo, e incluso se escuchaban disparos de armas de fuego, aunque no se reportaron heridos.

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La policía reprimió a los pobladores que invadieron supermercados, pizzerías y carnicerías.
 
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