UNIVERSIDAD
Que no quede ni uno solo en la sede de Económicas
La disputa de poder interna afloró ahora con un proyecto para que se vayan todas las autoridades. Para el decano “es poco serio”.
Por Javier Lorca
En una curiosa pirueta política, el grito que despidió al último presidente radical ahora es bandera de un sector universitario del mismo partido. Consejeros graduados de la UCR presentaron un proyecto para “que se vayan todos” en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA: la propuesta consiste en que renuncien el decano (también radical), el vicedecano y los consejeros directivos –todos elegidos antes de octubre pasado– y que luego se los reemplace con una nueva elección. Al igual que los violentos incidentes revelados la semana pasada por este diario, el proyecto es un emergente más de las disputas internas entre los grupos de poder que recorren Económicas.
El promotor del recambio es José Luis Giusti, hoy consejero por el claustro de graduados, ayer dirigente de Franja Morada y secretario de Hacienda de la UBA durante parte del rectorado de Oscar Shuberoff.
“El 20 de diciembre marcó un punto de inflexión en la sociedad argentina –argumentó Giusti–. Todos los que fuimos electos antes tenemos la obligación de relegitimar los mandatos. Esta idea la estoy impulsando en todos los espacios donde milito, en el comité Capital de la UCR y en la facultad”. Pero también apeló a la cuestión interna: “En Económicas, tenemos un decano electo que se alió con la oposición para gobernar, rompiendo sus proyectos preelectorales. Eso genera un clima de zozobra que amerita que la facultad renueve a sus autoridades”.
En su texto, el proyecto justifica la necesidad del recambio con frases como éstas: “La FCE no ha sido ajena a las prácticas políticas rechazadas por la sociedad, a través de distintos contubernios que desnaturalizaron el resultado de las elecciones” y “la facultad se encuentra viviendo un momento de expresa crisis institucional como lo demuestra... la falta de gobernabilidad que prima en las reuniones del consejo directivo”. Más significativa es la siguiente: “La mayoría de los consejeros se encuentran contratados por la FCE en tareas diferentes a las de docencia e investigación y por fuera de las dedicaciones establecidas por la normativa de la UBA de tal manera que incrementan sus ingresos personales”.
Para el decano Carlos Degrossi, “el proyecto de Giusti es poco serio. Va en contra del proceso de renovación que se inició en la UBA con la elección de Guillermo Jaim Etcheverry como rector. Es la pretensión de algunos sectores de volver por la ventana expulsando a quienes han ganado legítima y democráticamente la conducción de la facultad y la universidad”, dijo a Página/12. Más duros fueron en su entorno: “El tipo que estuvo siempre, cuando pierde, quiere que se vayan todos. Es una chantada. Como perdió en la facultad y perdió su candidato a rector, ahora quiere volver pero sin esperar cuatro años”.
El bloque que era oficialismo en el consejo directivo se fracturó después de haber reelegido al decano por cuatro años más. Además de los grupos radicales que encabezan Degrossi y Giusti en docentes y graduados, en el consejo tienen representación profesores y egresados liberales (lista Azul), alumnos independientes (TNT) y socialistas (Belgrano, MNR). En ese escenario, el proyecto tiene pocas chances de prosperar. Sobre todo por la postura de TNT, que tiene la mayoría del claustro. Ellos están de acuerdo con el recambio de la gestión, pero no con el planteo de Giusti. “Es una movida mediática. Para cambiar realmente habría que permitir que voten todos los docentes, no sólo los concursados. Si no, sería ‘que se vayan todos’ para que vuelvan los mismos –confió un militante–. Lo que Giusti quiere es voltear al decano porque, con el paso del tiempo, va perdiendo cada vez más poder y no tiene acceso a prebendas para repartir”.