Sábado, 2 de junio de 2007 | Hoy
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el secretario de Cultura, José Nun; el titular de la CGT, Hugo Moyano, y el filósofo José Pablo Feinmann debatieron sobre las secuelas del neoliberalismo.
Funcionarios, empresarios, sindicalistas e intelectuales debatieron ayer sobre la posibilidad de recrear la cultura del trabajo en el actual contexto de reactivación económica y disminución del desempleo que sobrevino luego de la experiencia neoliberal. “La intención de este gobierno ha sido desde un comienzo que el trabajo sea el motor de la inclusión social junto con la educación”, aseguró el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, encargado de cerrar el seminario organizado por la Secretaría de Cultura en el salón de actos del Banco Nación. El ministro de Educación y candidato a jefe de Gobierno, Daniel Filmus, faltó a la cita para evitar, según se informó, que sus palabras fueran interpretadas como una violación de la veda electoral.
Tomada recordó que en la década del ’90 al empleo “se le quitó el rol integrador que tiene, y no fue casual que en esa época haya sido devastada la educación técnica”. Luego elogió la tarea de Filmus, “quien impulsó la sanción de las leyes de Financiamiento Educativo y una nueva ley para la Eduación Técnica”. También destacó la reapertura de los institutos educativos que reabrió su ministerio para formar y capacitar trabajadores, junto con provincias, municipios, empresas y sindicatos. Por último, se refirió al combate del trabajo precario como una prioridad. Para demostrarlo aseguró que cuando asumió en el Ministerio de Trabajo había sólo dos inspectores laborales, “ahora hay 400 y nuestra intención es que llegue a haber mil”.
Más temprano había sido el turno del titular de la Confederación General del Trabajo, Hugo Moyano, quien participó de una mesa junto al secretario de Cultura, José Nun, y el filósofo José Pablo Feinmann. Moyano cuestionó el avance del neoliberalismo durante la década del ’90, a la que caracterizó como de “entrega absoluta”. “El neoliberalismo aprovechó las posibilidades que daba el gobierno de entonces para profundizar su política perversa, que nos dejó sin jubilaciones”, sostuvo. Tras destacar el cambio operado a partir de la crisis de 2001, aseguró que ahora “resucitamos”.
Por su parte, Nun dijo que la cultura del trabajo “se hizo añicos a fines de los años ’70, cuando la industria fue reemplazada por el capital financiero”. Al referirse a las privatizaciones y la salida de capitales, sostuvo que unos 150 mil millones de dólares, el equivalente al Plan Marshall actualizado, “es lo menos que sacaron de la Argentina los sectores poderosos”. “Nos mandamos un Plan Marshall al revés”, explicó, tras lo cual sostuvo que “el problema de la Argentina contemporánea no son los pobres, son los ricos”, porque apenas el tres por ciento del PBI proviene del Impuesto a las Ganancias, ecuación que consideró necesario revertir para luchar contra la pobreza. Luego elogió la recuperación económica, pero sostuvo que “la cultura del trabajo ya no va a volver a ser la que fue” y advirtió que “el neoliberalismo no se murió y tal vez sea hoy más peligroso que nunca”.
Feinmann dijo que con la recuperación económica, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, “la clase media ha recuperado su nivel de fascismo”. Elogió al peronismo por ser “generador de trabajo” y cuando desde el auditorio se le preguntó sobre las posibilidades que tiene “el socialismo en América latina” consideró que “lo más cercano al socialismo es el Mercosur” que, según dijo, “es el camino de la unidad” de la región. Tras criticar el papel de algunos medios de comunicación, afirmó que “hay un lenguaje protogolpista que dice que se ataca a las instituciones y el republicanismo”. “Si hay guita para los pobres, las instituciones no me importan mucho”, manifestó provocativamente.
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