Un día después de reunirse con Mauricio Macri, Néstor Kirchner pidió ayer a la Capital Federal que “se abra” al resto del país porque advirtió que el conjunto de las provincias “quiere dejar de ser el patio trasero de la Patria”. El Presidente formuló un reclamo anticentralista durante la inauguración de 200 viviendas en la localidad de Quimilí, a 250 kilómetros de la capital de Santiago del Estero.

El textual del mandatario fue: “Este es el país federal que se está recuperando, y que quiere que la avenida General Paz se abra para que llegue a toda la Patria. Este es el país del interior de la Argentina que quiere dejar de ser el patio trasero de la Patria”. Estaba acompañado por la senadora Cristina Kirchner; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el gobernador local, el radical Gerardo Zamora.

El primer mandatario embistió al macrismo el día posterior al encuentro con Macri, a quien el holgado triunfo porteño lo ubicó como uno de los principales líderes de la oposición.

En el discurso, Kirchner también se refirió a los comicios generales del 28 de octubre y volvió a mostrarse enigmático sobre el nombre del candidato oficial. “No sé si me tocará ser primer caballero, primera dama, o si habrá presidente o presidenta”, destacó a metros de su mujer.

En una arenga proselitista, Kirchner señaló que en las presidenciales la población “va a llenar las urnas de buena memoria y dará una lección de buena memoria” porque los argentinos –remarcó– “saben quiénes generaron la deuda y quiénes les dijimos ‘chau al Fondo’; saben que estamos creciendo al ocho por ciento, del crecimiento industrial y que bajamos la desocupación a un dígito”.

Apenas fue consagrado ganador del ballottage contra Daniel Filmus, el líder de PRO proclamó que el siglo XX había sido el siglo de los derechos humanos pero ahora estábamos en el “siglo de las obligaciones ciudadanas”.