El jefe de Gobierno electo, Mauricio Macri, usó su habitual estrategia ante las duras palabras que recibió de Elisa Carrió: hacerse el desentendido. “A nosotros no nos consta, porque hablé con López Murphy y no me dijo que haya ningún acuerdo nuevo que modifica esto”, indicó el empresario, quien insistió en que el candidato al que le dio su (tibio) apoyo es Ricardo López Murphy. Así, Macri evitó intervenir en las intrincadas negociaciones entre los dirigentes de Recrear y de la Coalición Cívica (CC), que buscan alcanzar el tan preciado acuerdo entre sus líderes.

La imagen más común que surge en la zigzagueante relación entre Carrió y López Murphy es la de la telenovela venezolana de las tres de la tarde, la historia de un amor imposible que se hace realidad.

La novela estaría llegando al final de la temporada, donde las declaraciones de amor y despecho de ella y él crecen en tono y proporciones. Y como en toda buena historia de amor, no puede faltar un tercero que venga a complicar las cosas. Ese rol le toca a Macri, quien ayer no pudo evitar hablar de sus sentimientos. “Lo que siento es obvio, pero no voy a responder; mi prioridad es cumplir con los millones de argentinos que se han entusiasmado con otra forma de hacer política”, dijo, después de que Carrió lo señalara como el sapo que no está dispuesto a tragarse por “una imposibilidad moral”.

Macri le devolvió la cortesía, con suma amabilidad. “Contestar cosas hipotéticas no tiene sentido. López Murphy no se bajó, así que vamos a ratificar lo que hemos hecho hasta ahora, que es apoyar al candidato de Recrear y que le vaya lo mejor posible, yo lo voy a votar”, insistió.

Carrió indicó ayer que el tiempo se acaba. Dijo que el acuerdo estaba garantizado hasta el 8 de septiembre, cuando se inscriben las fórmulas.

“Están las puertas abiertas hasta ese día, porque la Argentina requiere de decisión de apertura y generosidad de la dirigencia política, para generar una alternativa fuerte con capacidad para gobernar”, aseveró.

Cerca de la candidata a presidente de la CC, dejaron en claro que ella “ya marcó cuál es su límite” y que “ahora la decisión de seguir o no conversando la tiene López Murphy”. Con la pelota en la cancha ajena, sostuvieron también que desde las filas del Bulldog reclaman “cargos electivos que no pueden cederles”.

De parte de López Murphy, no todo fue poner paños fríos. “Vamos a trabajar para crear las condiciones para que se produzcan unas coincidencias que todavía no se han alcanzado y no sé si se van a alcanzar”, afirmó sobre el acuerdo, en el que él bajaría su candidatura y se quedaría con el primer puesto en la lista de senadores. “Si se entiende ese mensaje para el cual estamos dispuestos a hacer sacrificios importantes, bien. Y si no se entiende, o no se comparte, o no se pudo, cada cual enfrentará la realidad con su propia fuerza”, destacó. De todas formas, dijo que con Carrió tienen un “diálogo laborioso” y que está “empeñado con gran cuidado de no generar desequilibrios”.

Del lado de Recrear, los bulldoguistas interpretaron que Macri dejó en claro que PRO no está roto y creyeron ver un dejo de “arrepentimiento” en las palabras de Carrió por lo que dijo sobre Macri. Insistían en que las negociaciones están pasando por “un momento complicado” y que no habrá final feliz “sin dejar algunos heridos”. Se refieren a los múltiples dirigentes del ARI que se pronunciaron contra el acuerdo y que tendrán un congreso este domingo.

Sin embargo, uno de los posibles autoexcluidos del acuerdo sí preocupó por igual a Carrió y a López Murphy: se trata del presidente del Partido Socialista, Rubén Giustiniani, a quien Carrió incluyó en la terna de los vices, que completan el peronista Gerardo Conte Grand y el lilito Adrián Pérez. “Queremos que el socialismo no esté afuera. Recrear aceptaría a Giustiniani en la fórmula. Lo apoyaríamos”, subrayaron cerca del Bulldog.