EL PAíS › LA SENADORA SE REUNIO CON LA CANCILLER ALEMANA

CFK, en la foto con Merkel

La candidata a presidenta del oficialismo, Cristina Kirchner, se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el ministro de Economía, Michael Glos. Elogiaron la recuperación económica, pero quieren que se pague la deuda con el Club de París.

 Por Fernando Cibeira
desde Berlín

Fue lo que vino a buscar a Alemania, y lo tuvo. Ayer, la candidata presidencial Cristina Fernández de Kirchner consiguió su foto en plena campaña junto a la canciller Angela Merkel, la mujer más poderosa del mundo según la evaluación que cada año hace la revista Forbes. Además mantuvieron una reunión de media hora en la que se evitaron temas conflictivos, hablaron de las mujeres en el poder y hasta hubo una expresión de deseos. “Sin pretender meterme en cuestiones internas de la Argentina, me gustaría volver a encontrarla en la cumbre de presidentes de la Unión Europea y América latina”, le dijo Merkel a Cristina. Esa cumbre se realizará en mayo del año que viene en Lima, Perú, obviamente mucho después de las elecciones presidenciales en el país. La candidata del oficialismo mantuvo luego otro encuentro, más extenso, con el ministro de Economía, Michael Glos. El propio ministro explicó luego que allí el tema de la deuda argentina con el Club de París –Alemania figura al tope de los acreedores– tampoco fue lo más importante del encuentro que mantuvieron, aunque ante los periodistas insistió en la posición oficial alemana, acerca de que cualquier negociación que quiera hacer la Argentina debe realizarse a través del FMI (ver aparte).

Indudablemente, los funcionarios alemanes habían sido bien informados acerca del tipo de diálogo bilateral que les gusta mantener a los Kirchner. En las dos reuniones Cristina Kirchner recibió varios elogios sobre la recuperación económica, expresiones de alegría por lo bien que les va a las empresas alemanas en el país y la promesa de la llegada de más inversiones en el futuro inmediato. “Las condiciones económicas de la Argentina favorecen la llegada de inversiones”, le dijo Merkel, según el relato de fuentes de la comitiva argentina.

Tradicionalmente, Alemania denominó kanzler (canciller) a su jefe de gobierno. Da para la confusión porque en verdad sus funciones son las de un primer ministro y lo que en el resto del mundo se conoce como canciller aquí es simplemente el ministro de Relaciones Exteriores. El encuentro entre las dos mujeres se hizo en la Cancillería Federal, un edificio ultramoderno que formó parte de las reformas de Berlín en los años posteriores a la caída del Muro. Está en diagonal con el imponente Reichstag, el Parlamento alemán, y por uno de sus laterales circula el río Spree. El templado día de ayer en Berlín daba para que los barcos pasararon lentamente con turistas sacando fotos y disfrutando del paisaje.

En ese marco, Cristina Kirchner y su comitiva de autos negros ingresaron al estacionamiento de la Cancillería unos minutos antes de las 11, la hora pautada. El encuentro con Merkel era el plato fuerte que justificaba el viaje de la candidata a Europa. La condición de ser una mujer en el poder, para más premier de una potencia mundial y el colorido condimento que le agregaba la lista de Forbes, lo ratificaban. Su marido, el presidente Néstor Kirchner, había hablado con la canciller alemana en una sola ocasión, el año pasado, en Viena. En aquel encuentro, pese a la desconfianza que provocaba en el Gobierno argentino la pertenencia de Merkel al conservador CDU (la Democracia Cristiana), el Presidente salió satisfecho.

Que Merkel elogiara de entrada la recuperación de la economía argentina sirvió para salvarla, pero sólo en parte, del habitual relato de Cristina sobre la situación que existía en 2001 y la actual, luego de cuatro años y medio de gobierno de su marido. Y fue sólo en parte porque la candidata no pudo evitar mencionar algunos de los actuales índices de la economía y compararlos con los existentes al momento de asumir Kirchner, tal como hizo el lunes ante los empresarios de la Cámara de Comercio e Industria. Luego pasó a detallar sus deseos de que las empresas alemanas participen del momento económico y contó sus actividades del domingo, lunes y ayer por la mañana con los directivos de Volkswagen y Siemens, que incluyó comidas conjuntas y recorridas por sus fábricas.

“¿Y cómo toma la sociedad argentina que una mujer sea candidata?”, ingresó Merkel en la cuestión de género, un tema que interesa a ambas. Cristina le aseguró que las mujeres habían adquirido un papel muy activo en la política argentina, y se remontó a Eva Perón y su impulso decisivo para que se apruebe el voto femenino. Merkel se mostró sorprendida, desconocía el dato.

La canciller cerró el encuentro insistiendo en la posibilidad de que las empresas alemanas continúen invirtiendo en la Argentina. Y luego dijo aquello sobre la cumbre de presidentes de Perú. La frase y la foto sirvieron para dejar satisfecha a la delegación argentina del resultado de la incursión en tierras germanas. A las 11.30, a poco más de media hora de haber ingresado a la sede de la Bundeskanzleramt, salían con los objetivos cumplidos. Unas horas después, la comitiva se subía de nuevo a los autos negros para un rápido traslado al aeropuerto. Ya los esperaba el avión privado que Volkswagen puso a disposición de la senadora para esta visita que la llevaría a Viena. Hoy, allí, en su último día de viaje, verá al presidente de Austria, Heinz Fischer, y a otras dos mujeres: la ministra de Relaciones Exteriores, Ursula Plassnik, y la presidenta del Congreso, Barbara Pramer. Por la noche emprenderá el regreso. Contó que la esperan actividades de campaña en la provincia de Buenos Aires.


Un paseo por Siemens

Luego de haber visitado la planta de Volkswagen en Wolfsburgo, ayer Cristina Kirchner recorrió la planta que Siemens –la otra empresa activa en la organización del viaje de la candidata– tiene en el oeste de Berlín. La acompañó el canciller Jorge Taiana y del lado empresario estuvo el principal directivo de la firma para el área energética, Uriel Sharef, y el presidente de la filial argentina, Matthias Kleinhempel. Siemens ganó la licitación para cuatro turbinas de ciclo combinado para las nuevas centrales termoeléctricas San Martín y Belgrano. “¿Y qué significa que son de ciclo combinado?”, se interesó la candidata en la explicación previa a la recorrida. Le dijeron que esas turbinas aprovechan el calor que largan por las chimeneas y producen más con el mismo consumo de energía. En la fábrica, otro dato que la impactó fue que cada una de las muchas aletas de metal que tiene cada turbina costaran “lo mismo que un Volkswagen”. Sobre la demanda de Siemens que mantiene en el Ciadi contra la Argentina –la empresa tuvo un fallo a favor y fue apelado– no se habló una palabra. “La idea es congelarla, que se vaya olvidando de a poco”, sostuvo una fuente.

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La canciller alemana Angela Merkel junto a la senadora Cristina Fernández de Kirchner.
 
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