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Carlos Menem buscó una vez más el apoyo de Carlos Reutemann a su candidatura presidencial. El ex mandatario no habló personalmente con el gobernador de Santa Fe sino a través de su sobrino Eduardo “Lule” Menem, quien se trasladó el fin de semana al campo que el Lole posee en Llambí Campbell. La gestión no arrojó ningún resultado. El ex piloto dijo que por ahora no va a jugarse por nadie.
La última semana Menem envolvió de elogios a Reutemann y reiteró su deseo de que lo acompañe en una fórmula presidencial. Las palabras del ex mandatario fueron sugestivas: se conocieron en momentos en que el reutemismo comenzó a fogonear la ley de lemas, una alternativa con la que Menem busca sortear las internas del PJ, donde no parece tener las mejores chances.
La presentación formal del proyecto de ley de lemas la realizó el senador santafesino Oscar Lamberto y contó con la adhesión expresa de Eduardo Menem, homónimo de Lule y hermano del ex presidente. “Es una alternativa sensata”, dijo el senador. Saliendo de su habitual parquedad, el propio Reutemann defendió ese mecanismo para “evitar internas sucias” y el “desgaste” que estas provocan en el seno del PJ y en la misma sociedad.
Hombres cercanos al gobernador santafesino aseguraron a Página/12 que existieron en los últimos días conversaciones telefónicas entre Reutemann y Eduardo Menem. Pero señalaron que el viernes o sábado pasado, el sobrino del senador y secretario general de la Gobernación de La Rioja se trasladó directamente al campo de Llambí Campbell, donde el ex piloto de Fórmula Uno repartía sus tiempo entre el análisis político y la rehabilitación de una operación del tendón de Aquiles.
“Hablaron de cómo vivía la interna y qué estrategia consideraba más conveniente”, describieron, escasos, los voceros. Algunos menemistas consultados por este diario avanzaron aún más sobre los temas de la agenda, aunque en el entorno del gobernador no los confirmaron.
Según hombres del ex presidente, se le preguntó a Reutemann si abandonaría la política ya sea para instalarse en Cap Ferrat o en otro paraíso europeo. Saben que existe una propuesta laboral de Bernie Ecclestone, factotum de la Fórmula 1. La respuesta del Lole –siempre de acuerdo a la versión del entorno de Menem– fue un “no” rotundo.
También hubo contrapuntos sobre si existió una oferta para acompañar a Menem en una fórmula o, alternativamente, convertirse en el candidato del menemismo. Ya no sólo los voceros del gobernador santafesino negaron que se haya abordado este tópico sino incluso algunos hombres cercanos al ex presidente.
Sea como fuere, el hermano y confidente del gobernador, Enrique Reutemann, debió salir a negar que el Lole esté analizando presentarse en la compulsa interna. “Con ley de lemas o sin ley de lemas, él descartó toda posibilidad de competir”, dijo este lunes.
Donde no hubo dudas fue en el objetivo de la gestión del emisario de Menem: atraer a Reutemann hacia una definición en la cada vez más controvertida interna del PJ. Pero el Lole no le dio el gusto ya que, ni lerdo ni perezoso, le dijo que no blanqueará su predilección hasta que se aclare el panorama.
El hermetismo con el que se manejó el encuentro no dejó saber si allí se analizó la decisión del menemismo de llevar la pelea judicial –por la modalidad de la interna– hasta la Corte Suprema. Ni tampoco si Reutemann adelantó lo que finalmente se conoció ayer: el recambio masivo del gabinete para oxigenar su mandato y buscar transitar sin sobresaltos lo que le queda de gestión.
No es la primera vez que Lule Menem se pone el traje de enviado de su tío. En febrero se trasladó en un avión del Banco de La Rioja hacia el mismo campo santafesino para tratar de acordar horizontes comunes. Tambiénentonces se dijo que el objetivo del encuentro era “cerrar trato” para la fórmula Menem-Reutemann.
En esos días el gobernador aún mantenía en vilo al país con su eventual lanzamiento a la competencia. Por eso rápidamente negó esa cumbre, aunque el paso del tiempo y la confirmación de numerosas evidencias lo obligaron a admitir su existencia.