Jueves, 20 de septiembre de 2007 | Hoy
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, llegó al país y hoy realizará una serie de actividades signadas por la integración latinoamericana y la defensa de los derechos humanos.
La cena de honor en el Palacio San Martín, con la que anoche el presidente Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández agasajaron a Rafael Correa, fue apenas el comienzo de la apretada agenda de la visita oficial del presidente de Ecuador a la Argentina. Hoy por la mañana, el mandatario ecuatoriano desayunará con empresarios, ofrecerá una rueda de prensa, rendirá homenaje al Libertador José de San Martín, firmará una serie de convenios económicos bilaterales en la Casa Rosada, acompañará al Presidente en un acto en Merlo, para inaugurar una planta de desechos cloacales, y participará de una conferencia en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. Todos los encuentros estarán marcados por “la integración latinoamericana” y la defensa de los derechos humanos. Después de ese raid, por la tarde partirá hacia Brasil para entrevistarse con Lula, antes de emprender viaje a Estados Unidos, la última etapa de su gira.
“Con Argentina tenemos coincidencias históricas, es una gran alegría estar aquí y espero que podamos terminar pronto con la tragedia del neoliberalismo” en Latinoamérica, expresó Correa cuando arribó ayer por la tarde al aeroparque Jorge Newbery, donde lo recibió el canciller Jorge Taiana. Por la noche, en la cena en el Palacio San Martín, el presidente Kirchner lo retribuyó con una frase que también expresa la voluntad conjunta de impulsar la integración latinoamericana, que contiene al interés de Ecuador de sumarse al Mercosur: “Estamos dispuestos a tener una alternativa a los poderes neoliberales y el presidente de Ecuador va a escribir una página muy importante”.
La actual es la primera visita oficial del presidente ecuatoriano, aunque ya había estado en Argentina como candidato y como mandatario electo. Y el propio Correa hizo de anfitrión en la visita que la senadora Cristina Fernández realizó a Quito, como parte de una de las giras con que la candidata oficialista buscó respaldo internacional a su postulación.
Esta vez, Correa llega con una carpeta de convenios bilaterales que firmará hoy con Kirchner en la Rosada, que incluyen acuerdos técnicos sobre la implementación de programas de inclusión social, de cooperación en materia metalmecánica y actividades especiales, como la explotación de las respectivas plataformas marítimas. Para ello viajó junto a su canciller y los ministros de Industrias, de Agricultura, Ganadería, Agricultura y Pesca, de Transporte y Obras Públicas y de Bienestar Social. La comitiva ecuatoriana buscará ampliar el comercio binacional entre los países, que ahora alcanza unos 400 millones de dólares anuales, con un alto superávit favorable a la Argentina, así como nuevas inversiones. La búsqueda se plasmará en el desayuno que Correa mantendrá con empresarios argentinos, cuyas compañías tienen una fuerte presencia en Ecuador. Impsa trabaja en la construcción de la represa hidroeléctrica Toachi-Pilaton; Techint, junto a Petroecuador, en optimización de refinería de Esmeralda. A ellas se suman Cartellone (que participa en licitaciones para construcción de puentes en Guayas) y Aeropuertos Argentina 2000 (como operador del proyecto del nuevo aeropuerto de Guayaquil).
Pero la visita también tendrá un fuerte contenido político. Correa acompañará a Kirchner y a la primera dama hasta Merlo, donde se inaugurará una planta de tratamiento de líquidos cloacales para ese municipio del oeste del conurbano. El intendente Raúl Othacehé preparó un acto en el club Independiente, donde el tema electoral difícilmente esté ausente.
Luego, Correa participará junto a Hebe de Bonafini de otro acto en la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, como última etapa de su viaje. “El acto que compartiré el jueves en la Universidad será el más importante de mi corta visita a la Argentina”, manifestó Correa en un texto enviado a Bonafini. Correa ya había sido recibido en la Universidad de la Madres cuando era uno de los candidatos que aspiraban a la presidencia de Ecuador. Un gesto que el ahora presidente no olvida.
Las referencias a la defensa de los derechos humanos y las crisis económicas que vivieron ambos países también formaron parte de la recepción de la Cancillería. Kirchner planteó que ambas naciones tienen “un compromiso profundo por el fortalecimiento de la democracia y la igualdad social, el pleno respeto por los derechos humanos” y la búsqueda de un “orden económico justo y equitativo”.
Correa, por su parte, destacó la frase “Nunca Más” que dio título al libro que compiló testimonios sobre violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. Luego recordó que en su país “la partidocracia ecuatoriana arremetió contra el pueblo y estableció el feriado bancario y el congelamiento de depósitos” y lo comparó con el pasado reciente de la Argentina. “Tengo entendido que aquí lo llamaron corralito”, agregó Correa, para destacar que ese plan económico “fue otra de las manifestaciones de la derecha neoliberal con su permanente doblez, con su rostro bifronte, arrogante hacia adentro y sumisa hacia afuera”.
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