El ex ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz no sólo defendió su gestión al frente de esa cartera, sino también a Jorge Rafael Videla, a quien sirvió en el primer tramo de la dictadura militar. “Tenía que defender a la sociedad”, dijo Martínez de Hoz del dictador y aseguró: “No tenía ninguna ambición política”. “Nosotros abrimos surcos, preparamos el terreno para que los gobiernos posteriores retomaran esta apertura económica”, se autoelogió.

Martínez de Hoz rompió el silencio en una entrevista con el periódico Domingo, que edita la escuela de periodismo TEA. “A Videla hay que conocerlo. La gente lo juzga por las cosas que oye o se dicen, pero él es una persona distinta a como se lo presenta ante la opinión pública”, declaró y rechazó que se lo trate de asesino: “Tenía que defender a la sociedad de los ataques que empezaron los grupos terroristas; a mí me mataron al subsecretario de Economía Miguel Padilla, me pusieron una bomba subiendo en un avión con Videla”.

Después de quejarse de quienes “oyen una sola campana”, el ex ministro de Economía aseguró que “Videla no quería dar el golpe porque es una persona de gran seriedad y con comprensión y no tenía ninguna ambición”. De Roberto Viola, el dictador que sucedió a Videla en el poder, sostuvo en cambio que “tenía ambiciones políticas propias y no era inteligente”.

Martínez de Hoz fue tan pródigo en elogios a Videla como a sí mismo. “Fueron positivos nuestros cinco años. Nosotros abrimos surcos, preparamos el terreno para que los gobiernos posteriores retomaran esta apertura económica”, evaluó durante la entrevista e identificó a su mejor discípulo: “No hubo continuidad inmediata, pero no se perdió ya que volvió con el ex presidente (Carlos) Menem, un hombre con inteligencia natural, un gran político que tuvo el olfato popular, el instinto de ver que no se podía seguir con estatismo y había que privatizar”.

Además de acusar a Ernesto “Che” Guevara ser quien “estaba a cargo del fusilamiento de los opositores” en Cuba, Martínez de Hoz dio su propia versión de su nombramiento en Economía. “Me llamaron los militares; yo no quería ser ministro y estaba en Africa de cacería”, contó antes de enfatizar su supuesta vocación de servicio: “Me dijeron que habían aprobado mi plan, pero yo no tenía deseos de volver. Me respondieron: ‘Usted lo escribió y usted lo va a implementar’. Amenazaron con poner a un militar en el cargo y para evitar un desastre me vi obligado a aceptar”.