El nombre, Mohsen Rezai, coincide con el del prófugo que reclama la Justicia argentina por el atentado contra la AMIA. Algunos datos que llegan vía Interpol también coinciden, pero otros no. Lo cierto es que el fiscal Alberto Nisman está esperando que desde Bélgica le confirmen si el hombre que está en ese país, y que recibió desde Irán tres giros de dinero en noviembre, es efectivamente Rezai. En ese caso, existe un compromiso de Interpol Bélgica de detenerlo de inmediato. Curiosamente, una nota del diario The Washington Post publicada en septiembre pasado cita a Rezai como el hombre más pro norteamericano de las Guardias Revolucionarias iraníes. Es más, en ese momento –hace ya seis meses–, los familiares agrupados en Memoria Activa presentaron un pedido al fiscal Nisman para que se investigue si Rezai no estuvo en Estados Unidos y si no lo financia una fundación denominada Carnegie Endowment for Internacional Peace.

Según consignó la Agencia Judía de Noticias (AJN), Interpol Bruselas le informó al fiscal Nisman que habría localizado a Rezai. Anoche, los colaboradores del fiscal esperaban novedades ya que hay datos que corroboran que se trata de Rezai, pese a alguna otra evidencia menor que no coincide del todo. “Lo que sí es seguro –consignaban cerca de Nisman– es que, si es él, no se va a escapar. Lo detienen sí o sí.” Las definiciones se conocerían hoy.

La información proveniente de Bruselas indica que Rezai habría recibido en el mes de noviembre de 2007 tres giros de dinero provenientes de la República Islámica de Irán, que habrían sido calificados como “operaciones financieras sospechosas” por el banco receptor de los giros, el KBC Bank de la capital de Bélgica, y que puso en marcha una investigación sobre el dinero y el destinatario.

El envío de los fondos se hizo a nombre de Morteza Rezaie, un general de brigada iraní, director adjunto de la misma Guardia Revolucionaria de los Pasdarán, que Rezai encabezó en la época del atentado. Pero, como se ve, los dos nombres Morteza Rezaie y Moshen Rezai se parecen demasiado y la investigación de Interpol apunta a que quien está en Bruselas es el prófugo Rezai.

Sobre la base de informes de inteligencia de Estados Unidos, Israel y la SIDE y de testimonios de arrepentidos u opositores al régimen iraní, el fiscal Nisman acusa a Rezai de haber participado en una reunión en la ciudad de Pashad, a fines de 1993, en la que se decidió el atentado contra la AMIA. Por ello se pidió su captura junto con la de otras figuras del primer nivel iraní que, asombrosamente, hoy están en la oposición y se enfrentarán con el oficialismo del presidente Mahmud Ahmadinejad en la próximas elecciones de marzo. Interpol, por reglas internas, rechazó la captura del ex presidente de Irán Alí Akbar Rafsanjani, hoy uno de los máximos referentes opositores a Ahmadinejad en Teherán, y del ex canciller Ali Akbar Velayati, quien opinó en forma pública que Irán debe abandonar su plan nuclear.

El caso de Rezai también es curioso. El 28 de septiembre pasado, The Washington Post publicó una nota de Karim Sadjadpour, director en la capital norteamericana de la Iniciativa Iraní de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. En el texto, Sadjadpour critica la política de la Casa Blanca respecto de la Guardia Revolucionaria Islámica, de la que Rezai fue jefe, y sostiene que sería un error catalogarla como terrorista. “A diferencia de Al Qaida, la Guardia no es una estructura monolítica de islámicos fundamentalistas. La mayoría de sus jefes votaron a los candidatos más reformistas y apoyan al ex presidente reformista Mohammad Khatami”, señala la nota. El tramo más notable es el siguiente: “Mohsen Rezai sigue teniendo mucha influencia en la Guardia y ha abogado durante años por la reconciliación entre Estados Unidos e Irán”. Por ello, el autor del artículo cree que la política de la Casa Blanca debe consistir en aprovechar las contradicciones dentro de la Guardia Revolucionaria.

A raíz de la publicación en el Post, Memoria Activa le pidió al fiscal Nisman que investigue si Rezai estuvo en Estados Unidos con una visa gestionada por la Fundación Carnegie, que se determine exactamente en qué consiste esa organización y si podría estar financiando a Rezai. En el sitio de Internet del Carnegie Endowment figura como miembro de esa organización el ex secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y profesores de las universidades norteamericanas más prestigiosas: Harvard, Columbia, Princeton, Stanford, además del vicepresidente de la Fundación Kissinger.