La conducción de la UCR terminó de delinear ayer el plan con el que piensa cerrarles el paso a los radicales K que pretenden quedarse con el control del partido: el 1º de abril lanzará una campaña de afiliación y ratificación “de fe doctrinaria”, que será requisito obligatorio para ocupar cargos partidarios. Además, las autoridades del Comité Nacional –encabezadas por su titular, Gerardo Morales– ratificaron en un documento la condición opositora del radicalismo y criticaron a su ex socio Roberto Lavagna y al matrimonio Kirchner.

La idea de Morales y de quienes lo acompañan en el manejo de la UCR de realizar algún tipo de reordenamiento partidario para separar la paja del trigo venía madurando desde hace ya unas semanas, y cobró forma definitiva durante la que fue la primera reunión del año de la mesa del Comité Nacional. La asistencia al encuentro fue casi perfecta y el titular del radicalismo consiguió el apoyo necesario para implementar su plan.

Entre el inicio de abril y el 31 de julio el radicalismo arrancará una campaña para atraer nuevos adherentes. Los actuales afiliados no tendrán que volver a completar su ficha, sino ratificar su “fe doctrinaria” y su adhesión al perfil opositor que confirió a la UCR la Convención de Rosario. Quienes no lo hagan, seguirán dentro del partido porque sería ilegal apartarlos, pero no podrán acceder a ningún cargo.

Morales saldrá hoy de gira por el país para precisar los alcances de la campaña y definir los detalles para su implementación en cada distrito. Aunque guardó las formas y tomó la convocatoria como una invitación al regreso “a quienes se fueron al ARI, a Recrear o al kirchnerismo”, el propósito no es ése: la ratificación de la “fe doctrinaria” exhibirá con claridad de qué lado está cada cual.

Por eso, tampoco habrá revisión de las sanciones aplicadas a los radicales K. El vicepresidente Julio Cobos fue expulsado de la UCR, mientras que los demás referentes del radicalismo afín al Gobierno fueron suspendidos y van por el mismo camino. “No hay amnistía. Los procesos abiertos en los tribunales de disciplina siguen”, aclaró Morales.

El documento de la conducción de la UCR también se erigió en una barrera para quienes emigraron a la concertación kirchnerista: Morales y sus hombres criticaron allí a Lavagna por su “borocotización frente al pretendido superpoderoso y omnipresente Kirchner”, a quien acusaron de estar en “la búsqueda de un esquema político de partido único”. “Más de la mitad de quienes votaron en octubre pasado no eligieron una corte de maniáticos, egocéntricos y autorreferentes, sino que se opusieron a una candidata –ahora Presidenta– más ocupada por su estética que por los problemas del país”, completaron.