En plan de hacer buena letra, Skanska le entregó al juez en lo penal tributario Javier López Biscayart el resultado de una segunda auditoría que encargó a KPMG en junio del año pasado. La primera auditoría interna, de 2006, llevó a la compañía a despedir a siete de sus gerentes por utilizar facturas truchas para justificar gastos presuntamente inexistentes y cuyo dinero habría sido utilizado para pagar coimas a funcionarios nacionales. La segunda investigación encontró nuevas facturas “potencialmente irregulares” por 2.735.886 de pesos, que corresponden a un período que va de 2003 a 2005. Es decir que son anteriores a las registradas hasta ahora, que eran sólo de 2005. Las facturas pertenecen a siete proveedores y van desde estudios de impacto ambiental hasta materiales. La empresa sueca informó en un comunicado de prensa que corresponden al “0,2 por ciento del total de las compras de Skanska en el período de siete años auditado”. Además de entregar la documentación al juez, Skanska también pagó a la AFIP los impuestos presuntamente adeudados.