“Es la contaminación sonora, es el humo de tantos autos y ¿ve esas grietas?”, preguntó Miguel Angel Suánez, encargado en una casa de departamentos de Jean Jaurès entre Bartolomé Mitre y Rivadavia. Sí, se advertían grietas en las paredes. “Es por tanta cantidad de colectivos en una calle angosta –explicó Suánez–. Las grietas también aparecen en interiores. Las propiedades perdieron valor, en nuestro edificio no se puede vender ni alquilar.” Además, “la cuadra se llenó de ‘pungas’ y arrebatadores: aprovechan la aglomeración, porque, como no hay paradas de colectivos, los pasajeros bajan en cualquier lugar”.

Suánez contó que los vecinos “nos estamos reuniendo en el Teatro Luisa Vehil, para hablar de este y otros problemas del barrio”, y recordó que, después del incendio, “los diarios me llamaron ‘héroe’ porque fui uno de los que llegamos antes que los bomberos y ayudé a salvar chicos”. En cambio, hace unos días, en una discusión por la apertura de Bartolomé Mitre, familiares de víctimas “me agredieron, me pegaron, me insultaron”.