Desde la conducción del radicalismo aprovecharon el distanciamiento entre el vicepresidente Julio Cobos y el kirchnerismo para pasarle factura al mendocino. “Ahora se está dando cuenta de por qué el radicalismo no puede formar parte de un gobierno autoritario”, disparó el senador jujeño y presidente del partido, Gerardo Morales. Fue después de que Cobos saliera al cruce de las críticas que le propinaron en los últimos días altos funcionarios del gobierno nacional: “Descalificar al vicepresidente no le hace bien a la democracia. Lo único que pido es respeto a la institución”, reclamó. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, lo había acusado el viernes de “afectar a la democracia” y de “confundir los roles institucionales” por convocar sin consultarlo a una reunión con gobernadores de la oposición.

Para Morales, Cobos “está más cerca del sentido común” que el kirchnerismo –por su disidencia con el proyecto de las retenciones móviles–, pero aun así “lejos del radicalismo”, del que se separó para acompañar al oficialismo. Aunque el líder de los radicales K ya formó en Mendoza su propia fuerza, Morales aseguró que si quiere volver a las filas de la UCR “debería renunciar a la vicepresidencia”. Claro que el vicepresidente rechazó rotundamente esa posibilidad: “Ni se me pasa por la cabeza”, “yo no renuncio en ninguna circunstancia”, “voy a terminar con mi mandato, lo mismo que Cristina (Fernández) va a terminar con el suyo”, dijo en declaraciones a distintos medios.