EL PAíS • SUBNOTA › RAFAEL LEVY, EL DUEñO DE LOS EMPRENDIMIENTOS CUESTIONADOS
› Por Eduardo Videla
El nombre de Rafael Levy, empresario textil e inversor inmobiliario, quedó vinculado con la tragedia de Cromañón cuando se supo que era el dueño de los edificios y quien había tramitado la habilitación del lugar ante el gobierno de la ciudad. Pero en rigor, ninguno de los edificios estaba a su nombre: los titulares eran empresas radicadas en el exterior. Una investigación de la Inspección General de Justicia (IGJ) descubrió que Levy está detrás de las cinco sociedades off shore que aparecen vinculadas con el edificio donde ocurrió la tragedia y otras construcciones vecinas. Son empresas “constituidas en paraísos fiscales, ficticias y simuladas, creadas para violar la ley y frustrar los derechos de terceros”, como posibles indemnizaciones, dijo en ese momento –abril de 2005– el titular de la IGJ, Ricardo Nissen. El organismo responsabilizó también a Raúl Vengrover, socio y amigo personal de Levy.
Las empresas investigadas son cinco: National Uranums Corporation, Nueva Zarelux SA, la Compañía Argentina de Emprendimientos Comerciales (Caecsa), Financiera Rucas SA y Eficrown SA.
Vengrober fue apoderado de la firma National Uranums Corporation que, según las pruebas y testimonios recogidos por la IGJ, compró en octubre de 1994 la parcela sobre la calle Ecuador, con entradas por Rivadavia y Bartolomé Mitre, en 2,1 millones de dólares. Cuando se lo citó a prestar declaración indagatoria, Vengrover tenía como domicilio legal el de Ecuador 12, que coincide con la puerta del Hotel Star.
El Star forma parte del mismo cuerpo de edificio del Hotel Leblon, denunciado como parte de un prostíbulo encubierto, junto al local nocturno Quatro Cat’s, también parte del mismo edificio.
Por su parte, Rafael Levy, quien en numerosos negocios aparece como socio de Vengrover, dijo en la causa que constituyó la sociedad Leven SA, con el fin de comprar un porcentaje del edificio de Ecuador 8 al 60, en 1996.
A las cinco sociedades mencionadas pertenecían, al momento de la investigación, los inmuebles ubicados en Bartolomé Mitre 3038/78 (entre las que se encuentra el local donde funcionaba República Cromañón), en Jean Jaurès 51, donde había una playa de estacionamiento y se ingresaba al Hotel Central Park, además de los locales sobre la calle Ecuador.
Hace dos semanas, el semanario Noticias Urbanas publicó una investigación del periodista Lucas Schaerer en la que se revelaba que en un sótano al que se accedía por el boliche incendiado funcionó un taller textil clandestino. En una inspección ocular, realizada en Cromañón cinco meses después de la tragedia, los abogados de la querella y de la defensa que acompañaban al juez Julio Lucini atravesaron el salón que fue escenario de la tragedia y, sin salir a la calle, llegaron al hotel Central Park. En el hall del hotel bajaron una escalera caracol y en ese subsuelo, detrás de una puerta, descubrieron un depósito y un taller textil.
“Vimos cómo muchachos aparentemente bolivianos guardaban camperas en cajas. Nos dijeron que trabajaban para Levy. Al día siguiente nos presentamos ante el juez y le pedimos que cerrara el lugar”, dijo José Iglesias, abogado y padre de una de las víctimas de Cromañón, a Noticias Urbanas. El juez Julio Lucini ordenó allanar y clausurar el local.
Al frente de ese taller aparecía Eduardo Levy, hermano de Rafael. Ambos eran socios en la empresa Logical SA, la empresa textil familiar creada en 1976, que funciona en Viamonte 2386, como publicó Página/12. Logical fabrica ropa de mujer con la marca André Bullé y compró en su momento la cadena Etam.
Talleres clandestinos, empresas off shore, locales que se convierten en trampas mortales y –si se comprueba– explotación sexual aparecen como los ejes de negocios que encuadran en lo que podría llamarse la Lógica Empresaria Cromañón.
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