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–¿Mar o sierra?

–Me es indistinto. Este año estuve haciendo actividad política en Chile, con mi compañera, invitado por Clase contra Clase. Y descansamos ahí un poco, pero fue un verano de movilizaciones. Si el año pasado fue por el Casino, ahora fuimos por Gaza, por las fábricas ocupadas y por el subte.

–¿Desconecta el celular cuando está de vacaciones?

–No.

–¿Qué está leyendo?

–Planeta de ciudades miseria, de Mike Davis, y Elogio de la política profana, del marxista francés Daniel Bensaïd.

–¿Cuáles son las últimas películas que vio?

–La culpa es de Fidel, la rescato entre las que vi, que son mediocres, como Vicky Cristina Barcelona, pésima.

–¿Deportes? ¿Actividades playeras?

–No, a veces corro un poco. En la playa leo.

–¿Algún secreto para el asado?

–Y... vivo en departamento; para el asado, la parrilla de la esquina.

–¿Las vacaciones están reñidas con la militancia?

–Cuando uno leyó la crítica de (Theodor) Adorno a la industria cultural y el papel que juega la manipulación capitalista del tiempo libre cuestiona un poco la industria vacacional. La militancia no es un sacrificio, no tengo que tomarme vacaciones, aunque sí hay momentos de descanso.

–En esos momentos ¿necesita alejarse de Buenos Aires?

–No necesariamente, Buenos Aires vacía en verano es muy cómoda.