EL PAíS › LA EVALUACIóN DEL GOBIERNO DEL ENCUENTRO CON LA MESA DE ENLACE EN EL QUE PARTICIPó LA PRESIDENTA

En la búsqueda de un salto cualitativo

El objetivo de la Casa Rosada era quitarle el matiz político al conflicto con las entidades agropecuarias y centrarlo en las demandas sectoriales. La participación de Cristina Kirchner permitió acelerar algunos acuerdos.

 Por Daniel Miguez

Para el Gobierno era fundamental dar un salto cualitativo en el complejo vínculo con las cámaras agropecuarias y llevarlo al terreno estricto de las demandas sectoriales y despejar la impronta política que buscan darle algunos directivos de las entidades rurales. Esa bien podría ser la síntesis de lo que recogió Página/12 en funcionarios de la primera línea de Casa Rosada, después de la reunión con los ruralistas que tuvo la sorpresiva participación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Estas fuentes coincidían en que, aunque en la conferencia de prensa los ruralistas subrayaron que hasta que no se concrete lo acordado en la reunión no puede decirse que terminó el conflicto, es de esperar que haya una clara distensión como consecuencia de la firma del acta por parte del ministro del Interior, Florencio Randazzo, la ministra de la Producción, Débora Giorgi, y el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, con los directivos ruralistas Mario Llambías (CRA), Carlos Garetto (Coninagro), Hugo Biolcati (Sociedad Rural) y Eduardo Buzzi (Federación Agraria).

Todos coinciden en que la inesperada presencia de la Presidenta en el Ministerio de la Producción donde se realizó el encuentro que ya llevaba una hora y cuarto le dio otro vigor a la charla y aceleró algunos acuerdos a los que no estaban autorizados a suscribir sin previa consulta los tres funcionarios que representaban al Gobierno.

Uno de ellos fue el de la quita de retenciones a la exportación de lácteos, otro el precio de corte de la leche y también los encajes de la carne en los frigoríficos al 65 por ciento. Pero además de los ítem que luego se volcarían al acta, la Presidenta invitó a las cuatro entidades a integrar el Consejo Económico Social que pronto será puesto en marcha por el Gobierno.

Las fuentes contaron también que la Presidenta les pidió bajar un cambio, aunque ella no lo expresó en esos términos. Les dijo que era importante hacer un giro en la virulencia que había tomado el conflicto porque “en este momento histórico que está viviendo la humanidad y, ante la magnitud de la crisis, debemos tratar de que la sociedad tenga la menor angustia posible”.

“Avancemos todo lo que podamos avanzar, acordemos todo lo que podamos acordar. Yo quiero que todos los sectores sean competitivos, que mantengan o aumenten su nivel de actividad, y por supuesto el campo también. Podemos avanzar en los temas de la leche, el trigo, las economías regionales...”, fue otra de las frases de la Presidenta, sentada a una mesa con tazas de café, galletitas Melba y agua mineral. De la frugal merienda ella sólo se sirvió agua.

Fue entonces que Garetto planteó que las entidades también quieren discutir la baja de las retenciones a la exportación de soja. La Presidenta les respondió: “Nosotros queremos incentivar los productos con valor agregado, también la producción de trigo y maíz y hasta en el futuro podríamos considerar un programa de girasol plus, como ya lo tienen otros productos. Pero –y se los digo con absoluta sinceridad– no queremos incentivar la producción de soja, porque ya se autoincentiva”.

Luego la Presidenta repitió aquello de que sólo Jesús puede multiplicar el pan y los peces pero el Estado no, y debe atenerse a repartir una riqueza que es finita, y les pidió comprensión y solidaridad.

Ante un planteo puntual de Buzzi sobre pequeños productores endeudados, la Presidenta le prometió que “a nadie le van a rematar los campos”.

Los ruralistas quisieron retomar el tema del proyecto de crear una agencia de comercialización de granos, tema del que ya habían hablado extensamente con Randazzo antes de que llegara la Presidenta. “Todavía no hay nada concreto, pero si llegara a transformarse en un proyecto les aseguro que va a pasar por el Congreso y que será para beneficiar a los pequeños y medianos productores”, fue la respuesta.

La Presidenta sorprendió a sus custodios y hasta a sus secretarios privados cuando decidió cruzar de la Casa Rosada al Ministerio de la Producción, cuyos empleados miraban azorados cómo entraba y subía la escalera sin esperar el ascensor. Eso ocurrió a las 15.20. Exactamente dos horas después abandonó el lugar de reunión y dejó una orden a sus funcionarios y un pedido a los ruralistas: que no haya conceptos agresivos en las conferencias de prensa posteriores al encuentro.

La reunión entre los funcionarios y los ruralistas continuó una hora cuarenta más, exactamente hasta las 19, cuando terminaron de firmar el acta con los acuerdos.

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Ricardo Jaime, Daniel Scioli, Cristina Kirchner, Julio De Vido y Oscar Parrilli durante el acto en Olivos.
Imagen: Télam
 
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