El escritor y diplomático Abel Posse, que asumirá mañana como ministro de Educación porteño en reemplazo de Mariano Narodowski, admitió ayer que la ciudad atraviesa “una situación económica grave” y que no habló con su equipo de trabajo sobre el modo de enfrentar los reclamos salariales de los docentes, pero confió en que garantizar “buenos desayunos” y “disciplina” será fundamental para “volver a alcanzar lo que hemos sido”, en alguna época que no identificó.

El ex cónsul en Venecia durante las últimas dos dictaduras militares aseguró que “tenemos muchas ideas” en materia educativa y aclaró que la aceptación a la propuesta del jefe de Gobierno Mauricio Macri fue “personal mía (sic), sin perjuicio de que soy amigo de (Eduardo) Duhalde y formo parte de su Consejo Académico”.

Posse concedió ayer varias entrevistas radiales. “Siempre estuve en los bordes de la política, soy un independiente interesado por temas de este tipo, he escrito muchos artículos”, se presentó. “Toda política educativa empieza, como sabía Sarmiento, en un buen desayuno. Es un problema de vitaminas en la primera escolaridad, de calidad educativa y de redisciplinar ese lugar sagrado que es la escuela”, explicó, y enfatizó la importancia de las políticas sociales: “El niño tiene que ser sagrado, como lo sentimos nosotros, como lo siente cualquier padre, cualquier madre. No puede haber niños desnutridos y con paco”, dijo. Luego sostuvo que “hay un incremento del presupuesto” pero que “todo lo que se tiene no alcanza para todo porque la situación económica en la ciudad es grave”. Consultado sobre los paros docentes, consideró que “no puede ser que el niño y la Argentina tengan que pagar el dislate de las luchas políticas”. “Muchas veces son reclamos más políticos que reales en el sentido económico”, diagnosticó.