EL PAíS › ROBERTO BOUZAS SOBRE LOS ESTADOS UNIDOS Y EL FONDO MONETARIO
“Acá se sobredimensiona el acuerdo”
Por Martín Granovsky
Roberto Bouzas, experto en economía internacional con actuación académica en Flacso y en la Universidad de San Andrés, está convencido de que ningún hecho internacional alcanza por sí mismo para favorecer o dañar a la Argentina. Ni siquiera el cambio de secretario del Tesoro.
–¿Es bueno o malo para la Argentina que se vaya Paul O’Neill?
–¿Usted me pregunta si ahora los Estados Unidos tendrán una posición más flexible sobre la Argentina?
–Por ejemplo.
–Depende de quién lo reemplace. En cuestiones internacionales O’Neill evidenciaba una visión muy estrecha del interés nacional norteamericano. Y además fue el primer secretario del Tesoro en décadas que no provenía del sector financiero.
–¿Y es bueno o malo que los Estados Unidos tengan una posición más flexible? Le hablo de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
–Firmar un acuerdo con el Fondo tiene algunos aspectos positivos y una serie de problemas.
–¿Para usted no es algo solamente positivo?
–No. Lo positivo es que genera un contexto de expectativas más favorables una vez que se firma. Ahora, esas expectativas pueden durar mucho, pero también 15 minutos o dos semanas. Y hay que tener en cuenta que el acuerdo que se firme, si se firma, será monitoreado.
–Con mucha frecuencia.
–Sí. Entonces, si el monitoreo de las metas registra que hay problemas, las expectativas se desinflarán. El problema es que en la Argentina muchos sectores sobredimensionan el acuerdo con el Fondo. Yo creo que, en cambio, el ministro de Economía lo planteó en un plano razonable.
–¿Un acuerdo no supone, como dicen algunos consultores de la City, la reinserción internacional de la Argentina?
–No, porque la Argentina no está afuera del mundo. Tiene problemas serios que un acuerdo no resuelve por sí solo. Y resolver algunos de esos problemas llevará años.
–Recapturar el crédito externo, por ejemplo.
–Exacto. O regularizar la situación con los acreedores. Años. Es inimaginable hoy lo complejo que será ese proceso. Por eso, pensar que uno sale de la inserción o se reinserta en el crédito como si abriera una puerta es una simpleza. Ni un país se va de esa manera, ni vuelve de esa manera.
–¿Esto quiere decir que el cambio del secretario del Tesoro no importa tanto?
–Yo pondría menos expectativas en el cambio de secretario del Tesoro que en lo que seamos capaces de hacer acá. En la Argentina no nos alcanza por sí mismo ningún cambio en el contexto político internacional. Ni siquiera el triunfo de Lula en Brasil.
–Si no hay acuerdo con el Fondo, ¿se agravará la dificultad de financiamiento?
–Sí, el financiamiento comercial. Pero ojo, que hoy prácticamente no existe.
–¿Y puede haber cierre de mercados?
–¿Por no pagarle al Banco Mundial? No.
–¿Tampoco castigos comerciales?
–No, no se puede aplicar un arancel especial de importación de productos argentinos solo porque uno no haya pagado. La Organización Mundial de Comercio no presenta ninguna vinculación, una cosa y la otra, salvo que hablemos de un problema de balanza de pagos, pero aquí estamos hablando de comercio con otros países.
–O sea: ¿castigos no?
–No por esto. Puede haber embargos sobre bienes del Estado argentino o de los particulares que tienen su deuda en default.
–Pero no se puede embargar a una empresa argentina por el default de otra o del Estado nacional.
–No. ¿Sabe qué es lo interesante de la situación actual? Que incluso en los Estados Unidos se frustraron las previsiones más catastróficas que todo el mundo tenía en marzo o abril sobre la Argentina. La hiperinflación pronosticada no sucedió, por ejemplo. Hoy estamos en una situación parecida a un problema respiratorio grave. El cuadro es difícil de administrar también para el Fondo y para los gobiernos europeos. Es la evidencia de que todo no revienta.