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Al atardecer, los piqueteros apostados frente a la Quinta de Olivos y los piqueteros ya estaban esperando a los asambleístas de la Interbarrial de Vicente López que llegaban caminando desde el puente Saavedra bajo la enorme bandera que rezaba “Nunca más no te metás”. Así vecinos y organizaciones de desocupados conmemoraron el primer año del cacerolazo que se hizo frente a la casa que todavía habitaba Fernando de la Rúa.
La columna norte y noreste del Bloque Piquetero llegó ayer a la provincia de Buenos Aires para participar del acto que habían programado las seis asambleas del norte de la provincia. Los bombos y cantitos acompañaban las primeras pinceladas del mural que chicos y grandes empezaban a pintar sobre la pared de la vereda donde todos los jueves la asamblea de Olivos arma la merienda y la cena. “Vienen a comer alrededor de 20 personas, la mayoría son cartoneros. Hacemos guiso y damos facturas con leche”, cuenta Peque, de 23 años. Ella no recuerda cómo fue que se fueron juntando a principios de año para armar la asamblea. “Se fue dando, nos poníamos a hablar. Al principio éramos como 500 personas, ahora somos menos pero seguimos en la calle”, cuenta alegre.
Irene es docente, estuvo en el cacerolazo del año pasado y ahora participa de la asamblea de Carapachay. “Siempre fui sensible a las cosas que pasan. En noviembre sentía que estábamos muy dormidos, tenía impotencia porque nos estaban haciendo bolsa sentía bronca porque la gente no reaccionaba. Tenía la sensación de que había una tapa que iba a explotar.” Ayer Irene estaba contenta. “Lo rico de la asamblea es que no está dicha la última palabra, está todo por crearse. Estamos construyendo. Pero me preocupa que la mayoría de gente todavía esté quietita, que no pueda ser protagonista de su propia historia”, reflexiona.
En tanto, los piqueteros se lucían con cantitos nuevos. Las batucadas se armaban en ronda para permitir que cualquiera pasara al centro a mostrar los pasos murgueros. “Qué cagazo, piqueteros y cacerolas por un nuevo argentinazo”, cantaban a los saltos frente a las luces de las cámaras de televisión. “No me engañan, los verdaderos saqueadores son Duhalde y Lavagna”, entonaban los militantes del Polo Obrero, el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados y de Barrios de Pie.
Alrededor de las nueve de la noche revivió la euforia cuando llegaron los asambleístas de Olivos, Florida Puente Saavedra, Villa Martelli, Florida Este, Carapachay y Munro con las cacerolas en mano y sus banderas identificatorias. La Interbarrial de la zona norte había cortado el puente Saavedra a las ocho y vino marchando hasta la Quinta de Olivos donde culminaría el llamado “piquete cultural”.
Un grupo de vecinos se alejó de escenario y armó una ronda para encender un globo aerostático por cada muerto caído entre el 19 y 20 pasados. El viento llevaba las bolsas iluminadas al otro lado del muro de la residencia presidencial. “Mágicamente todos los globos se van para allá”, dijo Agustín de la asamblea de Olivos, que preparaba la pantalla donde se proyectaron tres cortos sobre el 20 de diciembre de año pasado y la masacre del Puente Pueyrredón donde murieron Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

Informe: Jimena Fuertes.