Jueves, 27 de mayo de 2010 | Hoy
EL PAíS › SOLá, CARRIó, PINEDO Y MACALUSE FELICITARON AL GOBIERNO POR EL BICENTENARIO
La sesión especial de la Cámara baja para celebrar el Bicentenario permitió que la oposición reconociera el “éxito” de los festejos. Sólo el radical Aguad siguió machacando con las críticas. El oficialismo, más que satisfecho por el resultado.
Por Sebastian Abrevaya
Con dos homenajes, la Cámara de Diputados cerró ayer las celebraciones por el Bicentenario de la Patria. Después de los cinco días de festejos multitudinarios organizados por el Ejecutivo, los legisladores realizaron una sesión especial de la que participó el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Ali Abdessalam Treki, y, previamente, una delegación de todos los bloques concurrió a dejarle una ofrenda floral a Mariano Moreno en el monumento ubicado en la Plaza del Congreso. La mayoría de los legisladores –desde Felipe Solá y Federico Pinedo hasta Eduardo Macaluse, pasando por Elisa Carrió– felicitaron al gobierno nacional por el éxito de los festejos y brindaron sus discursos en un tono conciliador y positivo. El único que rompió el espíritu general –acordado en la reunión de Labor Parlamentaria– fue el jefe del bloque radical, Oscar Aguad, quien aprovechó para criticar al kirchnerismo y sentenció que por estos días reina el “desencanto”.
Los 200 años de la Revolución de Mayo sirvieron de excusa en la Cámara de Diputados, uno de los escenarios de enfrentamiento más duros entre la oposición y el oficialismo, para dejar a un lado las diferencias políticas. En el marco de un acuerdo general, el jefe del bloque kirchnerista, Agustín Rossi, fue el primero en hacer uso de la palabra (y no el último, como corresponde por ser el titular de la primera minoría).
“La Argentina del Bicentenario es mucho mejor que la Argentina del primer Centenario”, arrancó Rossi en un repaso por la evolución de los derechos sociales y políticos del pueblo argentino como el voto universal, los derechos de la mujer y los derechos laborales. En presencia del secretario de la Asamblea General de la ONU, el diputado insistió en el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas y consideró que el pueblo “dio una muestra de grandeza a todos, se apropió del Bicentenario y lo hizo con absoluta paz”.
En una breve alusión a la coyuntura política, Rossi se refirió a la tan agitada crispación. “Hace mucho tiempo que escucho que la Argentina está crispada. Estaremos crispados los dirigentes políticos, porque el pueblo no está crispado”, remató Rossi.
Inmediatamente le tocó el turno a Aguad, que prefirió tirar por la borda el clima de calma conseguido hasta el momento. “En 1910 se vivía un clima de optimismo, reflejo de un futuro promisorio para nuestro país. Sin embargo, la percepción de estos días, compartida por la mayoría de nuestros compatriotas y también desde afuera, pareciera ser el desencanto como reflejo de nuestros interminables de-sencuentros”, arremetió el cordobés. Después de cuestionar “la apropiación” de los fondos de la Anses y del Banco Central, la política de subsidios y la manipulación de las estadísticas oficiales, Aguad le dedicó un párrafo especial a su percepción sobre la situación de los medios. “Encontrar a la prensa y a la libre circulación de las ideas como los responsables de nuestros fracasos forma parte de una cultura autoritaria y refractaria que pretende imponer a la Nación un punto de vista, una sola mirada o las terribles consecuencias del pensamiento del que gobierna”, concluyó.
Fue el peronista disidente Felipe Solá quien le respondió y sorprendió con un discurso conciliador con el kirchnerismo: “Propongo abandonar la idea de que existe un enemigo principal, porque la gente no lo ve, ni lo siente y la política sí lo ve”. Para Solá, “el enemigo principal” no está en la expresión política, sino en “aquellos que militan en forma silente desde hace muchos años por la no política, creyendo que se puede reemplazar el debate de ideas por gerentes de alto nivel en una Argentina concentrada”.
Incluso la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, reconoció la tarea de los gobiernos nacional y porteño y evitó señalar sus infinitas críticas al kirchnerismo. “Hay que respetar las fiestas, con alegría en el dolor, la semana que viene tendremos diferencias”, señaló. La chaqueña pidió, en cambio, garantizar los derechos humanos de los “hermanos latinoamericanos que están viviendo en condiciones infrahumanas”. Además, recordó a Saavedra, Urquiza y Sarmiento, para “no segmentar tanto la historia”. “No podemos hablar ahora de Rosas, Yrigoyen y Perón y olvidar el resto, todos han ayudado a la Argentina.”
Federico Pinedo, de PRO, agregó a Carlos Pellegrini y a Arturo Frondizi y pidió dejar la “nostalgia del pasado para tener nostalgia del futuro”. “El próximo centenario tiene que ser el de audacia y la grandeza, de asumir el riesgo y de confiar en la libertad”, finalizó el diputado macrista.
Un rato antes de iniciar la sesión, una veintena de diputados de todos los bloques cruzaron hasta la Plaza del Congreso y dejaron una corona de flores en el monumento a Moreno. La iniciativa, realizada por el titular de la Comisión de Cultura, el socialista Roy Cortina, implicaba ir caminando por la plaza, algo que a nueve años de la crisis de 2001, los máximos referentes del Congreso sortearon sin incidentes, aunque sin despertar un fervor popular.
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