EL PAíS
Un año después
Sergio Ferreyra tenía 19 años cuando el 20 de diciembre del año pasado recibió un balazo durante la represión a los saqueos en la ciudad de Córdoba. El miércoles 25, un año y cinco días después, murió tras convivir con la bala en su tórax. Sergio pasó a ser el segundo muerto en la provincia por los hechos de represión policial durante la caída del gobierno de Fernando de la Rúa. “Los padres daban algunos nombres de los posibles asesinos, pero no siguieron con la causa por cuestiones económicas y por miedo”, relató a Página/12 Sergio Costigliolo, militante del Movimiento Territorial de Liberación y allegado a la familia.
Sergio estaba desocupado y el 20 de diciembre salió a la calle a protestar junto a su mamá. Los dos estaban atravesando la Avenida de Mayo, en donde están instalados grandes supermercados en los que se estaban sucediendo diversos saqueos. Una bala policial se cruzó en su camino y desde entonces el joven no pudo caminar más porque quedó parapléjico. Su mamá, Patricia Pedernera, vio cuando apuntaban a su hijo y también lo vio caer. En su recorrido el proyectil dañó el hígado, y éste sería el motivo que le provocó la muerte. “La policía me cagó la vida”, repetía Sergio durante este último año. En Navidad, Sergio fue encontrado muerto en su cama al amanecer.
La familia vivía en el barrio de Villa Libertador, una zona humilde al sur de la ciudad de Córdoba que contiene a más 120 mil habitantes. El padre era el único que traía un ingreso fijo a la casa ya que trabajaba como recolector de residuos. La mamá que hacía dulces dentro de un programa de microemprendimientos del MTL, y los nueve hermanos estaban desocupados. “Villa Libertador es el barrio más grande de Córdoba y fue el único al que entró la Gendarmería, porque es un barrio que se caracteriza por los antecedentes en la lucha política”, relata Costigliolo.
“A Sergio lo operaron por lo menos dos veces. Tenía problemas para movilizarse y nunca se recuperó del todo, este último tiempo ya había empezado a perder mucho peso”, contó el militante. En el velorio que se llevó a cabo el 26 a la noche, y el entierro que se hizo el viernes 27, sus amigos y familiares empezaron a organizarse para “hacer algo”. Por ahora, la familia está indignada porque les quieren dar los resultados de la autopsia recién en febrero.
Sergio es el segundo caso de muerte por la represión policial en Córdoba. El primero fue un nene de nueve años que murió al instante ese mismo 20 de diciembre en plena calle. “A Nahuel Moreno también lo mató una bala policial y tampoco se movió el caso”, asegura Costigliolo. Pero también está en duda la causa de la muerte del joven David Morales, frente a un minimercado en Villa 9 de Julio de la misma ciudad.
Según el diputado provincial por Izquierda Unida, Pablo Alvarez, “con esta muerte, ya son dos los asesinados por el gobierno de (José Manuel) de la Sota, y hasta la fecha no se ha podido imputar a ninguno de los integrantes de la Guardia de Infantería que participaron en la represión que provocó la muerte de Morales”.
Informe: Gimena Fuertes