El aeropuerto de Morón, asiento de la VII Brigada Aérea, cuenta con la pista más larga del país, de 3500 metros (la más extensa de Ezeiza mide 2900 metros). La extensa pista era utilizada en la década del ’50 para el aterrizaje de los aviones ingleses Gloster Meteor, que requerían de un larguísimo carreteo. Cuando aparecieron aviones más potentes y livianos, la extensión de la pista entró en desuso. Aunque la jurisdicción es militar, la pista es compartida por la aviación civil, que además cuenta con un área de uso civil, donde se encuentran talleres y hangares, y que dependen de la ANAC, la Administración Nacional de Aviación Civil. En uno de los hangares, perteneciente a la empresa CATA, de carga aérea y que cerró a mediados de los ’90, estaciona sus aviones Medical Jet. De allí partió el Challenger el 1º de enero. En 5 minutos de vuelo y otros 10 de operación, llegó a Ezeiza. El pedido de despegue se suele hacer directamente a la torre de Ezeiza, ya que la cercanía exige que el control lo lleven desde allí, ya que van ordenando las maniobras para evitar los vuelos del Aeropuerto Internacional. La Base Aérea de Morón no debe confundirse con la de El Palomar, que es asiento de la I Brigada Aérea.